02 agosto 2024

Reseña: El Ruiseñor, Kristin Hannah

El Ruiseñor, Kristin Hannah
Traductora: Laura Vidal Sanz
Editorial: Suma de Letras
592 páginas

Francia, 1939. En el tranquilo pueblo de Carriveau, Vianne Mauriac se despide de su marido, Antoine, que debe marchar al frente. Ella no cree que los nazis vayan a invadir Francia, pero lo hacen, con batallones de soldados marchando por las calles, con caravanas de camiones y tanques, con aviones que llenan los cielos y lanzan bombas sobre los inocentes. Cuando un capitán alemán requisa la casa de Vianne, ella y su hija deben convivir con el enemigo o arriesgarse a perderlo todo. Sin comida ni dinero ni esperanza, Vianne se ve obligada a tomar decisiones cada vez más difíciles para sobrevivir.
La hermana de Vianne, Isabelle, es una joven rebelde de dieciocho años que busca un propósito para su vida con toda la temeraria pasión de la juventud. Mientras miles de parisinos escapan de la ciudad ante la inminente llegada de los alemanes, Isabelle se encuentra con Gaëton, un partisano que cree que los franceses pueden luchar contra los nazis desde dentro de Francia. Isabelle se enamora completamente pero, tras sentirse traicionada, decide unirse a la Resistencia. Sin detenerse nunca para mirar atrás, Isabelle arriesgará su vida una y otra vez para salvar a otros.


Este es el segundo libro que leo de Kristin Hannah, la tercera historia que descubro de ella (pues hay una que he visto en una serie, aunque no he leído la novela) y he llegado a una conclusión: Kristin Hannah se está convirtiendo en una de mis autoras preferidas. Indudablemente, sus libros son maravillosos, pero tienen algo que antes me encantaba y de lo que desde hace unos años huyo: drama a raudales. Yo, que era la chica de los libros tristes, suelo buscar otro contenido ahora. No me importa un poco de drama, pero creo que después de tres historias puedo afirmar que esta autora es la reina del drama. Imposible leer algo suyo sin llorar, al menos algo de lo que yo ya he leído. Y me está entrando de nuevo el gusanillo por emocionarme con un buen libro. Seguiré descartando de primeras las lecturas tristes, pero si estas tienen profundidad y una historia de las que se quedan en el corazón, iré a por ellas. Por supuesto, seguiré leyendo a Kristin Hannah.

Menuda resaca emocional. Me ha pasado con las tres historias de la autora. Sus libros son de los que te dejan con la vista perdida y la mente dando vueltas, con los personajes en la cabeza y su historia en el corazón. Todas las historias que he leído de ella me han dejado igual, varios días anclada en la trama, con el corazón encogido y mucho dolor dentro. Aún sigo de la mano de Vianne e Isabelle, sufriendo por ellas, llorando su situación, lamentando su historia. Ellas son dos hermanas muy diferentes que tienen dos formas distintas de enfrentarse a la desgraciada situación que les ha tocado vivir: la Segunda Guerra Mundial. Vianne es miedosa y tiene una hija de la que cuidar, por lo que hará lo posible por no meterse en líos y pasar desapercibida. Isabelle es una guerrera inconformista que aportará su granito de arena para ayudar, aunque arriesgue su vida con ello. Me han encantado las dos, aunque debo admitir que la historia de Vianne, que a priori puede parecer la más sosa, me ha enganchado más y me ha tenido sin aliento. Su situación no es fácil y ha sido con ella con quien he derramado más lágrimas, a pesar de que Isabelle puede llevarse la peor parte. Adentrarme en su casa, vivir su situación con dos niños, experimentar con ella la sensación extraña de convertirte en otra persona tras lo vivido y ver que los demás también son otras personas. La autora tiene algo especial porque ha logrado que me meta de lleno en las páginas y me imagine cómo sería si fuera yo la protagonista, qué sentiría, qué experimentaría. Toda la parte final de la novela me ha destrozado el corazón, me ha llegado al alma, tal vez ser madre es lo que me ha hecho empatizar más con Vianne y sus circunstancias, con la historia del niño al que acoge.

Me pasó con Volverás a Alaska también. He tardado en leer El Ruiseñor, más de lo que esperaba; es un libro denso y el principio no engancha precisamente. Sin embargo, aunque no es una novela adictiva, sí te deja con ganas de continuar y saber qué ocurre. Es de esas historias que se leen mejor despacio, sin prisas, porque guarda mucho entre sus páginas. Hay un momento en el que de pronto te enganchas y ya empiezas la carrera hacia el final. Sus personajes son brillantes y es imposible no sentir cariño por ellos, y la historia es tan cruda, tan injusta, tan cruel y, además, tan real que te deja sin aliento. Otro detalle que me gusta mucho de los libros de la autora es que las protagonistas siempre son mujeres. Y estas mujeres me han conquistado.

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