Ilustrador. Joan Turu
Editorial: Carambuco
26 páginas
Lucas quiere ser el primero en todo: en llamar al ascensor, en escoger el juego, en hablar en la asamblea... Y claro, eso le trae muchos problemas y conflictos. El hada de los volcanes visitará a Lucas para ayudarlo a sentirse mejor y descubrir qué pasa cuando no se compite por todo.
Mi hijo de tres años está en plena etapa de «yo primero». Quiere ganar siempre las carreras y los juegos, ser el primero en llegar a la puerta de casa, ir siempre el primero, adelantar a todo el mundo, etc. Es complicado gestionar el estallido de emociones cuando no es así, cuando no llega el primero o no es el mejor. Por eso, en cuanto vi este libro, supe que teníamos que tenerlo, que podría ayudarnos mucho. En casa ya conocemos al hada de los volcanes, pues el libro Tengo un volcán también nos ha ayudado mucho, y en esta ocasión vuelve para ayudar a Lucas a reflexionar acerca de por qué quiere ser siempre el primero en todo y qué pasaría si no fuera así.
Cada vez que leemos este cuento, y son muchas las que lo hacemos, nos sentimos reflejados en varias de las situaciones. Lucas quiere ser el primero en todo y, cuando no es así, el volcán que tiene dentro entra en erupción. Por mucho que su familia intente ayudar, ha de comprender que no siempre puede salirse con la suya y tiene que aprender a aceptar que no puede ser el primero en todo. Él quiere serlo porque así siente que es el mejor y que van a quererlo más. El hada de los volcanes le sugiere que pruebe durante un día a no buscar ganar en todo y entonces Lucas descubre que no pasa nada y que, además, está menos cansado y todos están más felices, pues así no hay conflicto.
Creo que esta fase de querer ser siempre el primero es común en casi todos los niños, yo la he vivido con otros de mi entorno y en casa estamos ahora de lleno en ella. No he visto otro cuento que trate este tema y me encanta contar con este. La autora no solo presenta el problema, también sugiere herramientas y, además, al final del libro hay un apartado con recomendaciones para padres y educadores. Me parece un libro muy útil para las familias y muy llamativo para los niños. Las ilustraciones son simpáticas y divertidas y las situaciones son tan comunes que es fácil que se sientan identificados.
A mi hijo le gusta mucho y ya hemos empezado a poner en práctica los consejos. Debatimos el libro, lo recordamos cuando hay alguna situación delicada y, de camino, refrescamos las técnicas de relajación del hada de los volcanes. Vamos a seguir trabajándolo, en una semana (que es el tiempo que llevamos con él en casa) no ha hecho milagros, pero que salga a colación en los momentos complicados me parece ya un logro.
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