Editorial: Algar
40 páginas
Cuando lo invitaron a unirse a aquella pandilla, Benjamín se sintió importante. ¡Era extraordinario formar de parte de la pandilla de los 11, todo el mundo los admiraba y respetaba! Pero ¿era admiración de verdad o simplemente les tenían miedo? Benjamín tenía que tomar una decisión: seguir siendo el pez número 11 o defender la amistad y el verdadero respeto.
Este es uno de los cuentos más bonitos que he descubierto últimamente y rápido se posiciona entre mis preferidos. En esta ocasión hablamos de una historia con mensaje, un libro para enseñar algo, para intentar inculcar en el niño un aprendizaje. Buscaba cuentos sobre la importancia de tratar bien a los demás, a los compañeros de clase y, aunque el de La pandilla de los 11 no era exactamente el mensaje que buscaba, me ha encantado y me parece un libro importantísimo y muy necesario. Hay que tratar bien a los amigos, respetar a los demás, confiar en nosotros y no seguir ciegamente a otros, no fomentar ni apoyar un mal comportamiento de otra persona.
Benjamín se une a la pandilla más guay del océano, se siente importante porque lo han elegido, a pesar de que, para ello, ha abandonado a sus amigos de siempre. Ahora los sigue a todas partes y hace lo mismo que ellos, pero pronto se da cuenta de que no le gusta cómo tratan estos peces de la pandilla a los demás. Qué importante es detectar estos comportamientos y aprender a decir que no y a alejarse.
Aparte del mensaje tan acertado y bonito, las ilustraciones son muy dulces y con colores suaves. El pequeño Benjamín es el único pez con color de su nueva pandilla, totalmente gris. Le regalé este cuento a mi hijo de tres años por el día del libro y nos gusta mucho a todos. Importante: a él también. Me encanta cada vez que lo leemos porque me va haciendo preguntas, comenta todo lo que sucede y saca sus propias conclusiones. Y ese es el logro de este tipo de cuentos, que los pequeños capten el mensaje y lo apliquen en su vida. Una maravilla, La pandilla de los 11.
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