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El señor Grum vive en una mansión azul con vistas al mar. Es tan alta que con su veleta hace cosquillas a una nube algodonosa. En su enorme salón come cada día una exquisitez traída de algún lejano lugar del planeta: nidos de golondrina de China, pizza margarita de Nápoles, saltamontes fritos de Tailandia… Y, ladrando por sus estancias, se pasea un perro que parece una bola de hojaldre.
No hay deseo del señor Grum que no se cumpla enseguida. Sin embargo, el señor Grum está continuamente enfadado.
La única persona a la que no parecían intimidar sus bufidos es doña Braulia. Ella tiene una casa pequeña y, por mascota, un lindo chucho recogido en el barrio. Su único capricho es hornear tartas de manzana para sus vecinos. A través de sus enormes gafas, la buena señora lo mira y le sonríe siempre.
Cuando compré este libro, no lo hice del todo convencida. Fue en la Feria del Libro, dejé que mi peque eligiera el libro que quisiese y le llamó este la atención. La señora de la editorial, muy amable, nos contó de qué iba y, al ver el interior, tan lleno de letras, y escuchar la historia, no me convenció, me pareció que tal vez mi hijo era demasiado pequeño (es un libro extenso y él solo tenía dos años). No obstante, me lo llevé, lo había elegido él. ¿Ha sido una elección acertada? Totalmente.
Después de haberlo leído mil veces ya, haber comprobado que no importa lo largo que sea, a mi hijo le flipan los libros y aguarda concentrado hasta el final, La flor de la felicidad, con cada lectura, me ha ido gustando más y más. Es bonito, las ilustraciones son muy, muy llamativas con mucho color y rasgos caricaturescos, tiene un mensaje precioso. A él le gusta mucho y, aunque hace ya meses que lo tenemos en casa, aunque han llegado nuevos títulos después, sigue pidiéndolo con frecuencia, con mucha frecuencia. Le hace gracia el personaje masculino, el señor Grum, un hombre que siempre está enfadado y gruñendo. Le gustan las flores que la señora Braulia, vecina del señor Grum que siempre lleva la bondad por bandera, regala a sus amigos para hacerles felices. Le gusta que los personajes sean abuelitos. Le gusta, en general, y eso es lo importante. ¿El mensaje de la historia? Seamos buenos y agradables con los demás, la vida nos lo recompensará y seremos más felices.
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