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NO ES DÓNDE, ES CON QUIÉN
Hay veces que el destino se empeña en ponerte a una persona delante constantemente y, si algo he aprendido con el tiempo, es que la vida puede darte segundas oportunidades. Tras el fallecimiento de mi padre, un viaje improvisado con mi amiga Laura me regaló primero el «quién»: Javi y después el «dónde»: su isla.
Aquel intenso verano trajo emociones encontradas a mi vida: la incertidumbre de un futuro donde Lucía se convirtió en mi máxima prioridad y el reencuentro con personas del pasado que nunca se fueron.
Y es que son solo unos segundos los que tardamos en pasar de la felicidad más absoluta a las dudas infinitas. Los mismos segundos que tarda el sol en ocultarse. Y así, contando atardeceres, pude descubrir que con cada puesta de sol llega la promesa de un nuevo día.
Empecé Contando atardeceres nada más terminar La cuenta atrás para el verano. Tan enganchada me tenía esa primera novela como para no darme tregua y lanzarme de lleno a la segunda. Además, menudo final, que te deja con ganas de más, con la necesidad de seguir leyendo. Si en La cuenta atrás para el verano la rubia nos cuenta su adolescencia y su etapa en la veintena, aquí nos adentramos en la treintena. Qué bonito es este libro, cuánto amor del bueno y cuánta amistad en sus páginas. Y qué intenso también. Hay mucho drama aquí, aviso, y a mí me dejó el corazón encogido. He sufrido con esta novela, aunque también la he disfrutado mucho, casi más que la primera. He llorado y reído, y he deseado saber más y más hasta terminarlo. ¿Qué tendrán estas novelas que te enganchan a sus páginas? En mi caso, a los auriculares, pues no las he leído, sino que he escuchado los audiolibros.
Al igual que me pasó con el primero, este me ha tenido pegada al móvil y los auriculares, queriendo saber más. De nuevo, la voz de la mujer que cuenta la historia me ha transportado a la escena, me ha llenado por completo, me ha fascinado. Y las palabras de la autora son tan bonitas, tan directas, tan sensibles. Me gustan esas pinceladas de autoayuda que tiene, todas esas enseñanzas que aporta este libro (también el anterior). Y la historia me ha convencido del todo. Qué bonita relación de amistad hay entre las páginas de esta novela. Me quedo, ahora sí, con las ganas de leer el tercer libro, al que tendré que adentrarme en formato papel, pues aún no ha salido la versión de audiolibro. El tercero es el último ya de esta trilogía y estoy deseando descubrirlo.
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