Reseña: Electra, Jennifer Saint

Electra, Jennifer Saint

Traductora: Natalia Navarro

Editorial: Umbriel

320 páginas

TRES MUJERES ATRAPADAS EN UNA MALDICIÓN ANTIGUA

Cuando Clitemnestra se casa con Agamenón, no conoce los rumores insidiosos sobre su linaje, la Casa de Atreo. Pero cuando en la víspera de la Guerra de Troya, Agamenón la traiciona de la forma más impensable, Clitemnestra debe enfrentarse a la maldición que ha devastado a su familia.

En Troya, la princesa Casandra posee el don de la profecía, pero también carga con su propia maldición: nadie creerá nunca lo que ella ve. Cuando tiene una visión de lo que va a pasar en su querida ciudad, no tiene ningún poder para evitar la tragedia que se avecina.

Electra, la hija menor de Clitemnestra y Agamenón, solo desea que su amado padre regrese a casa de la guerra. Pero ¿podrá escapar de la historia sangrienta de su familia o también su destino está unido a la violencia?

Después de leer, traducir y empaparme de Ariadna, enterarme de que la autora sacaría otra novela con personajes femeninos de la mitología griega como protagonistas fue una enorme alegría. Electra... muchos pensaréis como yo: ¿quién fue?, ¿tanta importancia tuvo como para poner su nombre como título a una novela? A mí ni siquiera me sonaba, ni tampoco Clitemnestra, pero si os menciono a Casandra tal vez sí se os encienda una bombilla, sí digáis: «eh, me suena, pero... ¿de qué?». Esperad, esperad, que ahora sí que sí: Helena. Concreto un poco más: Helena de Troya. ¿A que ahora sí? Pues esa es la historia de esta novela, años antes, años atrás, pero el núcleo, el eje, la razón de ser de Electra es la guerra de Troya. Resulta que Clitemnestra, la que en mi opinión es el personaje más relevante de esta historia, es la mujer de Agamenón, el rey de Micenas que marchó a Troya con su hermano Menelao para recuperar a la esposa de este último, que no era ni más ni menos que Helena. Electra es hija de Agamenón y Clitemnestra. Casandra es hermana de Paris, de Héctor y de unos cuantos príncipes y princesas de Troya. Todas tienen su importancia de algún modo en esta gran guerra de Troya y todas son protagonistas de este libro, todas nos cuentan su punto de vista, sus sentimientos, sus vivencias. Y sí, pertenecen a bandos diferentes, aunque todas tienen algo en común: son mujeres relegadas a un segundo plano. Agamenón sí es conocido, pero Clitemnestra no tanto. Electra nos recuerda a una superheroína y Casandra algo nos suena, pero no logramos ubicarla. A Helena sí, pero tal vez no por motivos agradables, pues en nuestra cabeza no es más que una adúltera que abandonó a su esposo para marcharse con otro, es el motivo de una cruenta guerra que duró demasiado y se cobró muchas vidas. Que acabó con una ciudad impenetrable.

No contamos con el punto de vista de Helena en este libro, ella sigue siendo un misterio, no conocemos sus motivaciones. Pero sí podemos ponernos en la piel de Clitemnestra, quien es, para mí, el mejor personaje de todos, el más pasional, el más intenso, el más importante. He llorado con Clitemnestra, he sufrido con ella y he sentido su dolor. Es tremendo lo que tiene que pasar y cómo la época la insta a alzar la cabeza y olvidar todo su dolor, a permanecer fiel a un hombre bárbaro. Pero ella tiene garra y no piensa olvidar ni perdonar. Hay un par de escenas que me han dejado sin aliento, que me han hecho llorar con muchísimo pesar. Me encanta cómo profundiza la autora en los sentimientos, en el dolor más profundo. Jennifer Saint es una maestra de las emociones, es capaz de agarrar el corazón del lector y apretar hasta dejarlo sin aliento. ¡Guau! Hay una muerte en esta historia que me ha destrozado por completo, el final de la guerra también es desalentador e intenso, las consencuencias de esta batalla para las mujeres troyanas es brutal. Pero no diré más.

Otro personaje que me ha gustado mucho ha sido Casandra, otra mujer incomprendida, apartada, marginada. Lo que tiene que pasar esta pobre mujer, todo el orgullo que ha de tragarse, lo que tiene que presenciar. He empatizado mucho con ella, he podido sentirme en su piel, experimentar sus emociones, su situación tan complicada y el rechazo de todo el mundo. ¡Qué rabia he sentido! 

Por el contrario, la que da nombre a la historia, Electra, no me ha gustado. Supongo que así ha de ser, si te gusta Clitemnestra, no puede gustarte Electra. He podido comprender en parte su papel en esta historia, sus sentimientos y penas, pero no es fácil sentir aprecio por esta chiquilla. Como es el nombre más desconocido, no quiero entrar en detalles, es mejor descubrir a Electra poco a poco, intentar comprenderla, aunque sin mucho éxito en mi caso.

Qué maravilla de libro, me ha gustado más que Ariadna, y eso que este me encantó. Tiene unos personajes brillantes, aunque no sepamos comprender a algunos de ellos. La historia es intensa, cruda, profunda. Hay vida y hay muerte, hay guerra y hay venganza. Es una novela cargada de sentimiento y de traiciones. Brillante.