Reseña: Mis animales

Mis animales

Texto: Laura Teller

Ilustraciones: Alberta Kiel

Comprado en el Lidl

¿Quién se esconde en el matorral? ¿Dónde está el monito? Busca, nombra y conoce diferentes tipos de animales. Amplia tu vocabulario de una forma divertida. Con cinco pestañas para levantar y sorprenderse.

Este libro lo compré en el Lidl y me costó muy poquito, aunque no recuerdo el precio exacto. Esta tienda saca cosas muy interesantes de vez en cuando y cuando compré este libro también estaba el mismo, pero en versión de automóviles. Me arrepentí muchísimo de no haber comprado también ese, pues mi hijo no mostraba, muy a mi pesar, mucho interés por los animales y de pronto los vehículos comenzaron a ser su pasión. No obstante, aunque de primeras no hizo mucho caso a este libro, con el tiempo se volvió de repente en su preferido. Le encataba cogerlo, venirse a mi lado y señalarme todos los animalitos que aparecían para que se los nombrara. Con él perfeccionó el rugido del león (que fue el primer animal que aprendió a imitar), aprendió a hacer el sonido de la abeja, a olisquear como el conejo, a fingir que comía hierba como el ciervo, a imitar al mono y el elefante. Y luego está el perro, que era su preferido. No exagero, se pasaba el día con este libro y esta fascinación le duró bastante tiempo. Tendría un añito por entonces. A día de hoy, con dos años casi, ya no lo coge mucho, ahora está de lleno con los cuentos, aunque de vez en cuando se sienta con él y empieza a imitar a esos animalitos.

Tenemos en este libro muchos animalitos a todo color, dibujos muy monos y llamativos. Cada página tiene una solapa que esconde a alguna criatura y es muy divertido adivinar qué puede haber debajo. A mí me ha servido que aprenda sonidos de animales e ir nombrándolos, me parece muy interesante.

Mis animales ha aguantado estoicamente carros y carretas y, sin embargo, es de todos sus libros de bebé el que sigue en mejor estado. Las páginas son de cartón muy duro, difícil de estropear (y eso que lo mordisqueó bastante). Un diez para la resistencia del libro. Pero al final ha acabado cayendo una de las solapas y otra se encamina al mismo destino. Era inevitable, pero es una pérdida menor que he podido arreglar con cinta adhesiva.