Editorial: Plataforma
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¿Cómo educar en un mundo frenético e hiperexigente?
¿Cómo conseguir que un niño, y luego un adolescente, actúe con ilusión, sea capaz de estar quieto observando con calma lo que le rodea, piense antes de actuar y esté motivado para aprender sin miedo al esfuerzo? Los niños de los últimos veinte años viven en un entorno cada vez más frenético y exigente, que por un lado ha hecho la tarea de educar más compleja, y por otro, los ha alejado de lo esencial. Vemos necesario para su futuro éxito programarlos para un sinfín de actividades que, poco a poco, les están apartando del ocio de siempre, del juego libre, de la naturaleza, del silencio, de la belleza. Su vida se ha convertido en una verdadera carrera para quemar etapas, lo que les aleja cada vez más de su propia naturaleza, de su inocencia, de sus ritmos, de su sentido del misterio. Muchos niños se están perdiendo lo mejor de la vida: descubrir el mundo, adentrarse en la realidad. Un ruido ensordecedor acalla sus preguntas, las estridentes pantallas interrumpen el aprendizaje lento de todo lo maravilloso que hay que descubrir por primera vez.
Creo que es la primera vez que reseño en el blog un libro sobre crianza, ya os adelanté que alguno podía caer, aunque no serán muchos, lo prometo, porque tampoco quiero sobrecargarme con esta temática a pesar de que en este momento me interese en mayor medida. Justo este, el primero que termino de varios que tengo empezados, no es mío, sino que me lo prestó una amiga, y me ha gustado tantísimo que estoy planteándome comprarlo, porque, con lo finito que es, está cargado de joyas.
El tema de la crianza es muy complejo porque hay muchas formas de criar y cada uno elige lo que más acorde a sus principios es y con lo que más cómodo se siente. Lejos de entrar en conflictos ni controversia, sencillamente diré que Educar en el asombro describe mis ideales, mis objetivos, mi forma de ver la infancia y lo que para mí es lo ideal. Una infancia sin pantallas, sin sobreestimulación, sin fealdad, sin negatividad. Soy partidaria de un entorno sencillo, de la voz de mamá y papá antes que el ritmo frenético de la televisión, del campo y la naturaleza, de jugar con un palo y embelesarse con la arena del mar. Todo eso es Educar en el asombro. Es un libro breve, pero lleno de material interesante. Me quedo con muchas citas, con muchas ideas, con la cabeza llena de buenas intenciones.
Me ha encantado Educar en el asombro porque explica muy bonito lo que para mí es ideal, aunque a veces no sea sencillo. Tengo varios libros sobre crianza comenzados y este es el primero en más de un año y medio que he terminado. Muy interesante, incluso para releerlo.
Gracias por la recomendación, suena genial. En la práctica, por ser el tipo de madre que trabaja en oficina, quien cuidaba de mi hijo era mi suegra y lo acostumbro tanto a tv como a dispositivos móviles. Una vez que se empieza con ello, es tremendamente adictivo y difícil de corregir.
ResponderEliminarDe todos los retos que asume una persona a lo largo de su vida, la crianza quizá sea el más importante y a la vez el más difícil.
Estoy totalmente de acuerdo. Un proceso dificilísimo, muy duro, aunque también precioso.
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