Malos que en realidad son buenos

Esta entrada está inspirada por una experiencia lectora que me hizo reflexionar acerca de esos personajes que se pintan como muy malos y acaban siendo más buenos que un cacho de pan. Os aviso de que en esta entrada os vais a encontrar spoilers de la trilogía Destrózame y Harry Potter

Hace ya más de un mes que leí Enciéndeme, la tercera parte de la trilogía Destrózame y, aunque el libro me encantó y el personaje del que voy a hablar es lo mejorcito de las novelas, no pude evitar preguntarme con un tono dramático por qué siempre los personajes malotes que parecen que van a ser los villanos, si se enamoran de la protagonista, acaban cambiando radicalmente y volviéndose unos sensibleros. Estoy hablando de Warner (repito, el mejor personaje de la serie), que comienza siendo el villano villanísimo de la serie, el malo, el que quiere hacer daño a Juliette, el que está orquestando una guerra, al que nadie quiere. Desde el principio, no obstante, hay algo que hace imaginar que Warner no es tan malo como parece, tal vez sea ese encaprichamiento que tiene por la chica, esos sentimientos que parece albergar en su interior. Es malo, sí, pero está enamorado, y si está enamorado no puede ser tan malo, ¿no? A mí desde el principio me encantó, mucho más que Adam, que es el bueno, el adecuado, el cariñoso, el protector, el que, a todas luces, debería acabar con Juliette. Tres libros más tarde, en Enciéndeme, nos encontramos con que Warner, de repente, da un cambio radical y se convierte en un moñas, en un joven (por Dios, creo que tenía diecinueve años) perdido al que la vida ha tratado mal. Resulta que no fue tan malo con Juliette, que sus intenciones nunca fueron sembrar el mal, que siempre estuvo del lado del bien. El cambio es brutal, aunque, ciertamente, a mí no me molestó del todo. El nuevo Warner seguía gustándome. 

Ejemplos hay bastantes, pero uno bastante similar es el del personaje de Snape, de Harry Potter, archiconocido por todos. ¿Os acordáis del Snape malo, malísimo? ¿Ese ser desagradable y aberrante que tan mal se portaba con Harry? Pues desde el primer libro fue, junto a Hermione, mi personaje preferido. Recuerdo que cuando estudiaba la carrera, mi profesor de una de las asignaturas de inglés nos obligó a leer el primer libro de Harry Potter en inglés y todas las semanas teníamos tutorías con él y lo comentábamos. Estaba a punto de salir el último libro de la saga en español, aunque ya lo había hecho en inglés. Yo era la única de mi clase que los había leído todos (excepto el último) y creo que ese fue el detonante de la relación amistosa que desarrollé con ese profesor (por favor, un profesor de la universidad que es un friki de HP, ¡lo adoraba!) y siempre hablábamos de la saga en general. Él ya se había leído el último en inglés y me preguntó un día qué pensaba que sucedería. No recuerdo cómo salió a relucir el nombre de Snape, pero él me chinchó con que era malo y yo le dije que era mi personaje preferido y que yo confiaba en él, que estaba segura de que no era tan malo como aparentaba. Y... voilà, uno de los villanos resulta ser el héroe. 

El de hoy ha sido sobre malos que en realidad son buenos, sí, pero no os perdáis el próximo capítulo (no sé para cuando), que, inspirado por la misma novela que este, será sobre buenos que se vuelven idiotas. ¡Espero que paséis un estupendo fin de semana! Y, por favor, contadme qué opináis del tema y habladme de otros ejemplos que se os ocurran (marcad los spoilers, por favor).