¿Termináis los libros por narices?

Yo siempre he tenido una máxima lectora (entre otras) y ha sido terminar todo libro que empiezo. Ya puedo tardar años o meses, pero lo termino. Mi récord fue hace ya unos cuantos años con La historiadora, que tardé tres años en leer (está claro que no leía todos los días, lo dejaba y cuando me apetecía continuar lo cogía de nuevo). Por cierto, qué libro más denso. Aun hoy sigo teniendo novelas empezadas que no he querido dejar muy lejos, que comencé hace meses y que dejé con la intención de retomar. Ahora mismo, de hecho, tengo tres aparcadas, y hay una que empecé hace un par de años y que ahí se quedó (Three weeks with my brother, de Nicholas Sparks), pero que pienso retomar en algún momento de mi vida.

Nunca me ha gustado abandonar lecturas, y esto viene de una experiencia personal. Hace años, como la mayoría de los lectores, comencé a leer La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón. Me lo habían recomendado muchas personas y eso del cementerio de los libros olvidados me atrajo bastante. Me costó la vida misma engancharme, me pareció lento, pesado y sin mucho interés. Lo tuve un tiempo abandonado (estoy hablando de cuando salió el libro hace ya un montón de años), pero me obligué a continuar. Cuando llegué a la mitad del libro, de repente, me empezó a interesar más, me metí en la historia y acabó siendo uno de mis libros favoritos de aquella época. Sigo recordándolo con mucho cariño. Esa es la razón por la que no me gusta dejar libros a medias, porque sé que, en algún momento, pueden ponerse interesante y acabar siendo las lecturas de mi vida. 

No obstante, es una regla que cada vez rompo más y a la que le estoy añadiendo algunos extras. Si el libro me resulta malo desde el principio, no sigo (La sombra del viento no estaba mal, es solo que no me enganchaba). Si, además de tener una historia que no me engancha, está mal escrito, lo dejo. Si hay elementos que me sacan de los nervios en la historia, lo dejo. Ya he dejado unos cuantos y sé que dejaré bastantes más, y es que muchas veces me digo: con la de libros que hay, ¿por qué perder el tiempo con uno que no me gusta? De hecho, basta con mirar mi estantería para darme cuenta de todas las novelas pendientes que tengo. ¿Qué pensáis? ¿Os gusta, por regla general, terminar los libros que empezáis? ¿Cuál es el límite que le ponéis a una novela para decir basta?