Cada oveja con su pareja: El azul es un color cálido

La vida de Adèle es una película que me tenía en ascuas. Sinceramente, no sabía si quería verla o no. El libro me había encantado y sabía que a la película le habían dado un enfoque distinto, que habían cambiado el final y que se habían centrado demasiado en las relaciones sexuales de las chicas. Pero, por muchas dudas que tuviera, otra parte de mí deseaba verla y al final he caído. A continuación os cuento lo que me ha parecido.

El azul es un color cálido | La vida de Adèle

Podéis leer mi reseña del cómic clicando aquí. 

Esta sección está llena de spoilers, así que ¡cuidado! Por otra parte, todo está redactado bajo mi punto de vista, que no tiene por qué ser el del resto del mundo.

Adèle (Clementine en el libro) es una joven adolescente que se siente muy confundida y perdida. De pronto, al conocer a una chica de pelo azul, descubre que puede que le gusten las chicas y, aunque no lo quiere admitir, sueña en secreto con Emma. 

Había leído mucho sobre esta película después de leer el cómic, había visto entrevistas a las actrices, había visto escenas, pero  no me había animado a verla hasta ahora. No estoy segura de qué es lo que siento con esta historia ni de si me ha gustado, estoy confusa, la verdad, porque en parte la considero una buena película y en parte me da mucha rabia que hayan hecho esto con un libro que tanto me gustó. Voy a intentar explicarme y empezaré hablando de las cosas que no me han gustado. 

Lo primero que voy a mencionar es que la película es increíblemente lenta. Dura tres horas y tiene escenas que se alargan demasiado, partes que se hacen aburridísimas. Hubo momentos en los que cogía el móvil y me ponía a jugar mientras la veía de reojo porque se me hacía soporífera. El problema es que muestra demasiado la cotidianidad de la vida de una persona, se centra en momentos que en una película pueden resultar aburridos. Por ejemplo: hay muchas escenas en las que los personajes salen comiendo y te muestra cómo comen, cómo mastican, cómo se manchan de tomate la barbilla; ves hasta los trozos de pasta en sus dientes. Escenas en las que la protagonista va caminando y la cámara la sigue por todo el pasillo; escenas en las que está durmiendo que duran más de lo normal; escenas en las que se queda mirando el horizonte que se hacen eternas. Por una parte me parece bien, porque con ello, imagino, se quiere humanizar el personaje, darle credibilidad, hacerlo más real, pero por otra, en el cine, esto no siempre funciona, porque hace que el espectador se aburra. Confieso que había escenas que me daban un poco de asquete, como las que salían comiendo o cuando la protagonista lloraba y se le llenaba toda la cara de mocos y te lo enfocaban en primer plano. Todo eso a mí me ha sobrado.

Otro de los aspectos que se han comentado mucho es el de las escenas de sexo. Veamos, no es que me molesten las escenas de sexo en una película, nada más lejos de la realidad, pero no me apetece ver todo el proceso detalladamente, no. En la película te muestran todo el acto, de principio a fin, y si una escena tiene que durar quince minutos, dura quince minutos. Además, es que se ve claramente todo, se ve cómo tienen sexo oral, se ve cómo se restriegan, se ve cómo hacen todo. Ahora entiendo cuando la autora decía que habían reflejado algo que ella no había querido transmitir, que ella quería centrarse en otra cosa. Efectivamente, según mi punto de vista, la película se centra más en la relación de estas dos chicas, en cómo Adèle consagra su vida a Emma  y no es feliz con nada más, en su despertar sexual. La novela gráfica, sin embargo, se centra en una chica que se encuentra perdida, que no sabe lo que quiere, que no es feliz, que no sabe ser feliz y que encuentra el amor en una persona, no en un género, y que esto, en parte, la atormenta y en parte la hace feliz. La película no sabe transmitir la sensibilidad del libro, en la película no se expresa el amor del mismo modo que en la novela gráfica, le faltan esas maravillosas citas que tanto me gustaron de la versión en papel. 

Por supuesto, por otra parte, la película no está mal y tiene cosas muy buenas. Aunque he criticado lo de que se hace lenta y esos primeros planos, por otra parte pienso que eso logra que el espectador conozca a la perfección a Adèle y sienta todas sus emociones. Bravo por la actriz, porque transmite muchísimo con esa mirada, con esos ojos brillantes, con esa expresión. Se siente perfectamente lo infeliz que es la protagonista, lo atormentada que está. También es cierto que a partir de la mitad, la película se vuelve más interesante, cuando ya son mayores, cuando tienen una relación madura y adulta y cuando comienza el declive. 

En cuanto a las diferencias, comenzar a nombrarlas sería no detenerme nunca, aunque sí hay algunas que resultan más importantes. La primera de todas, el final, que es muy distinto. En el libro, desde la primera página, sabemos que Clementine (Adèle) muere, pero en la película no. Este final cambia por completo la esencia del libro, pues en la novela gráfica finalmente el amor de las chicas triunfa y no en la película. Por otra parte, me faltó en el filme la reacción de los padres de Adèle, el rechazo a Emma. También me hubiera gustado que se le diera más protagonismo a Valentine, el mejor amigo de la chica. 

Habría muchas más cosas que comentar, pero no quiero hacer una entrada larguísima, así que si habéis visto la película y leído la novela gráfica, podemos seguir comentando en los comentarios aspectos que nos resulten interesantes. Por lo demás, como he dicho al principio, no sé, por una parte me gusta la película y por otra me fastidia porque no tiene la esencia del libro. Creo que volveré a leerlo en estos días para quedarme tranquila.