Mañana lo dejo, Gilles Legardinier

Mañana lo dejo, Gilles Legardinier
Traductora: Paula Cifuentes
Editorial: Alfuaguara
327 páginas
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En la tercera fiesta de divorcio de un amigo, Julie recibe una pregunta inesperada: «¿Qué es lo más estúpido que has hecho en tu vida?». Muchas cosas, piensa, como intentar arreglar una toma de electricidad sosteniendo los cables entre los dientes, u obsesionarse por su nuevo vecino con solo ver su nombre, Ricardo Patatras, escrito en el buzón.

Mientras se dispone a echar por la borda su trabajo en un banco para atender en la panadería de la señora Bergerot, y se hace cargo del pequeño huerto de su vecina, Julie no vacilará en correr todos los riesgos necesarios para conquistar el corazón de ese vecino tan seductor como esquivo y misterioso.

(Texto extraído de la contracubierta)

Tengo este libro desde hace mucho tiempo y siempre lo he tenido muy presente, pero entre unas cosas y otras no lo he podido leer hasta ahora. Me decían que era divertido, romántico, que era una lectura estupenda y muy propia del verano, así que, ¿qué mejor momento que ahora para cogerlo? Lo empecé con muchas ganas, tenía en mente que me iba a encantar, que era lo que necesitaba en ese momento, pero no sé si será cosa del verano, del calor, o qué, porque Mañana lo dejo me ha decepcionado. Me pasó lo mismo con Romeo, Romeo (otra de mis lecturas veraniegas) y me estoy dando cuenta de que quizás no sea el momento de leer este tipo de libros, a pesar de que lo que me apetece es cosas divertidas y románticas.

Me explico: no es que el libro no me haya gustado, es que me esperaba más. No es una historia mala, pero tampoco es una maravilla; si tuviera que valorarla le daría posiblemente un 2,5/5, así que se quedaría en un aprobado, y os voy a contar por qué. De Mañana lo dejo me ha gustado que tiene partes divertidas, que me ha hecho reír en algún momento (aunque esperaba reír más), que tiene algún personaje interesante (Xavier y la vecina), que si obvias que toda la historia es un disparate, puedes hasta disfrutarla y que entretiene mucho. Sí, es una de esas lecturas agradables y ya, como las películas de sobremesa de Antena 3 los fines de semana: las ves, te entretienes, pero en el fondo sabes que buenas no son, lo que no quita que no pases un momento estupendo. En algunos momentos me traía a la mente la película Amélie (que adoro), a pesar de que no tiene nada que ver; quizás por esos momentos en la panadería y por la actitud de la protagonista en muchas ocasiones.

No obstante, ahora me voy a centrar en lo que no me ha gustado de este libro que, podría resumirse básicamente en la trama y la protagonista. Como he comentado anteriormente, todo me resulta un disparate, un sinsentido. La trama es surrealista y a la protagonista no me la creo. Póngamosnos en contexto: ella, una mujer de veintiocho años (así que ya no me vale la excusa de que es una adolescente enamoradiza) se encapricha de su vecino nada más ver el nombre tan ridículo que tiene. Julie se vuelve insoportable con ese amor que dice sentir por Ric, cuando en realidad lo que tiene es una obsesión muy mala: lo espía, lo sigue, se monta mil películas con él y hace cosas que, de verdad, ¿quién se las va a creer? Sabe que Ric tiene un secreto y que este es importante y la reacción de la chica es decir que lo quiere y que se fugaría con él. Por no contar lo que hace al final del libro para salvar su amor. No es una historia realista, no me la creo, nadie haría algo así, nadie tiene un comportamiento así, y si lo tiene es que está enfermo. Me da la sensación de que el autor ha exagerado una historia para hacerla divertida, pero el efecto que ha tenido en mí ha sido que ponga los ojos en blanco en prácticamente toda la novela y que desarrolle una especie de animadversión por Julie.

Pero no todo es malo, no, ya he mencionado que también tiene cosas buenas esta historia y que lo más importante es que entretiene y te hace pasar unos cuantos buenos ratos que, al menos yo, es lo que busco en verano: leer historias ligeras que me entretengan y no me hagan pensar mucho. Si obvias todo el tinglado que monta el autor y tomas este libro más bien como una hipérbole desmesurada, pues sí, es divertido. Lo cierto es que las críticas han sido muy buenas, a la gente le ha gustado.


Mañana lo dejo es un libro muy normalito que se deja leer. No obstante, la historia se vuelve demasiado surrealista y la protagonista, demasiado cargante con ese amor que dice sentir por un hombre al que apenas conoce. El final no puede ser más azucarado y disparatado.