Editorial: Rouergue
Lengua: francés
103 páginas
Dam es un chico de quince años flacucho y enclenque que no tiene amigos. A sus padres no parece importarle y solo se preocupan por él cuando tienen que regañarle o castigarlo, lo que sucede muy a menudo; su vida en el instituto tampoco es fácil, pues sufre acoso escolar por parte de un grupo de skaters. Un día le defiende un extraño chico que pertenece a un grupo de chicos que visten de negro, llevan piercings y se maquillan los ojos. Samy y los de su banda se convertirán en amigos de Dam y este al fin recibirá del chico las primeras muestras de ternura que le hayan dado en su vida. No obstante, al padre de Dam no le gustan tanto sus nuevos amigos y hará lo posible por impedir que su hijo salga con ellos, sin importarle el bien que estos chicos puedan hacerle.
Compré hace ya bastante tiempo este librito porque vi reseñas maravillosas de él, porque no leí una sola crítica negativa. Esta pequeña obra es, en realidad, muy grande. Son apenas cien páginas las que la componen, pero la autora no necesita más para contar una muy buena historia.
Voy a hablar, en primer lugar, de cómo está escrita la novela, pues al abrir el libro es lo primero que el lector va a ver y lo primero que le va a llamar la atención. Le faire ou mourir (Hacerlo o morir) no tiene diálogos, es todo narración. Hace unos años leí otro libro con estas mismas características, Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea (novela maravillosa, por cierto) y ya tenía la experiencia de cómo enfrentarme a un texto así. No lo voy a negar, al principio choca bastante y hasta molesta. A mí me gustan más las novelas que tienen buenos diálogos que las que son más narrativas y descriptivas y encontrarme una que no tiene en absoluto es un poco frustrante al principio. Aunque, para ser más exactos, no es que no tenga diálogos, es que estos están insertos dentro de la narración. Os pongo un ejemplo:
¿Qué pasa? me preguntó Samy con una sonrisa al verme la cara. Nada, le dije. Tu madre es guay. ¿Por qué? me preguntó. No lo sé. No te da el coñazo nunca. Sí, me dijo, una vez me dio el coñazo por haberle mentido. ¿Por haberle mentido?, repetí. Por ir a una fiesta, me explicó. Le dije que iba a dormir en casa de un amigo, llamó allí y se preocupó mucho (sonrió). Cuando volví por la mañana, me estaba esperando en el salón. Yo no te he educado así, Samuel, me dijo. |
Todo el libro es así, en él los diálogos están dentro de la narración y a veces me he tenido que parar a leer dos veces un párrafo porque en un principio no entendía lo que iba dentro de la conversación y lo que no. No obstante, es cuestión de cogerle el ritmo y acostumbrarte y una vez que lo consigues, deja de parecerte un inconveniente y lo ves como algo original e interesante. Por otra parte, la historia está narrada en primera persona por Dam, el protagonista, que nos cuenta cómo es su vida después de conocer a Samy, sus sentimientos, sus miedos (que no son pocos). Dam es un personaje muy complejo, pero muy vivo. Es decir, que, aunque no retrata a la gran mayoría de los adolescentes, sí que es una imagen de una minoría que también existe y muchos de sus problemas sí que los tienen un gran número de adolescentes. Por fin -¡por fin!- una novela juvenil que retrata fielmente los problemas de los adolescentes, que pone al lector en su piel, que te cuenta sus inquietudes. Aunque, como ya he dicho, no de todos, pues Dam es un chico que se ve privado del cariño de su familia, que sufre acoso escolar, que no sabe lo que quiere y que de repente se siente atraído por otro chico cuando a él siempre le han gustado las chicas (y, por supuesto, esto supone un gran problema para su familia). Dam tendrá que lidiar con sus miedos e inquietudes por verse en una situación extraña para él, por sentir algo para lo que no está preparado, pero también tendrá que hacer frente a su situación familiar, al hecho de que sus padres no lo entiendan, que no le presten atención y que no lo acepten.
Leyendo esta historia uno no puede menos que pensar en todos esos adolescentes que están pasando una etapa difícil de su vida (ya de por sí la adolescencia lo es) y que, además, ven que no encajan por diferentes razones. Los hay, y los hay a montones, la adolescencia es dura, es cruel, y no hay más que prestar un poco de atención a nuestro alrededor para darnos cuenta: bullying, desprecio, probar cosas nuevas, sentirse diferente, problemas de personalidad, descubrir, sentimientos, conocer a gente, aparentar, querer encajar, enamorarse, etc. Bien, pues Le faire ou mourir es todo esto y leerlo es ver la realidad, ver lo mal que lo pasan algunos chicos, descubrir lo injusta que es la vida para alguien que se siente perdido, que cree ser diferente o que no sabe lo que quiere.
Hay algo que no me ha gustado de este libro o que no he llegado a entender y es que, aunque la historia empieza cuando todo lo que en ella se cuenta ya ha ocurrido y, por lo tanto, sabes cómo es más o menos la situación del protagonista al final, se cuentan dos finales diferentes. Como ya he comentado, se sabe cuál de esos finales es el real teniendo en cuenta el principio, pero, entonces, ¿por qué el otro final? Imagino que la autora ha querido retratar las dos posibles soluciones que puede tener un caso como el del protagonista, lo que puede pasar. Por supuesto, me quedo con el segundo final.
Le faire ou mourir es una novela muy breve que cuenta la historia de un adolescente incomprendido, perdido, que no sabe lo que quiere. La autora ha sabido insuflar vida en una historia, hacerla real y emocionar. Todos los padres deberían leer este libro para entender cómo pueden sentirse sus hijos.
Leyendo esta historia uno no puede menos que pensar en todos esos adolescentes que están pasando una etapa difícil de su vida (ya de por sí la adolescencia lo es) y que, además, ven que no encajan por diferentes razones. Los hay, y los hay a montones, la adolescencia es dura, es cruel, y no hay más que prestar un poco de atención a nuestro alrededor para darnos cuenta: bullying, desprecio, probar cosas nuevas, sentirse diferente, problemas de personalidad, descubrir, sentimientos, conocer a gente, aparentar, querer encajar, enamorarse, etc. Bien, pues Le faire ou mourir es todo esto y leerlo es ver la realidad, ver lo mal que lo pasan algunos chicos, descubrir lo injusta que es la vida para alguien que se siente perdido, que cree ser diferente o que no sabe lo que quiere.
Hay algo que no me ha gustado de este libro o que no he llegado a entender y es que, aunque la historia empieza cuando todo lo que en ella se cuenta ya ha ocurrido y, por lo tanto, sabes cómo es más o menos la situación del protagonista al final, se cuentan dos finales diferentes. Como ya he comentado, se sabe cuál de esos finales es el real teniendo en cuenta el principio, pero, entonces, ¿por qué el otro final? Imagino que la autora ha querido retratar las dos posibles soluciones que puede tener un caso como el del protagonista, lo que puede pasar. Por supuesto, me quedo con el segundo final.
Le faire ou mourir es una novela muy breve que cuenta la historia de un adolescente incomprendido, perdido, que no sabe lo que quiere. La autora ha sabido insuflar vida en una historia, hacerla real y emocionar. Todos los padres deberían leer este libro para entender cómo pueden sentirse sus hijos.
En algún libro que he leído con varios finales me he quedado sin saber muy bien por qué estaban. El contraste de posibles finales para una misma historia puede ser interesante, pero queda un poco raro a veces.
ResponderEliminarSaludos :)
Quiero leerlo *---------------*
ResponderEliminarLa verdad es que no me llama :S
ResponderEliminarUn beso.
La literatura juvenil no me llama mucho, así que no creo que llegue a caer en mis manos... Aún así, si así fuese, lo tendré en cuenta porque no parece la típico novela juvenil escrita única y exclusivamente para adolescentes.
ResponderEliminarSaludos.
Hola! No conocía el libro pero este tipo de novelas me suelen gustar así que me la apunto. Gracias por el descubrimiento y la reseña, besos!
ResponderEliminar