El azul es un color cálido, Julie Maroh

El azul es un color cálido, Julie Maroh

Traductor: Lorenzo F. Díaz

Editorial: Dibbuks

156 páginas
Cómpralo en Amazon

Clementine es una adolescente sin problemas. Llega del campo para integrarse en un instituto en el que se siente a gusto. Un día se cruza en la calle con una pareja de chicas. Una lleva el pelo teñido de azul y le sonríe, mientras Clementine baja la vista. A partir de este preciso momento todo va a cambiar para ella: su relación con sus nuevos amigos, su sitio en la familia, sus prioridades… y sobre todo su sexualidad. Es difícil saber qué aspecto tiene el amor. A veces duele y siempre hay obstáculos en el camino. Pero un calor inabarcable se instala en el estómago, que te hace vibrar y te empuja a superarte.

(Texto extraído de la ficha en la web de la editorial)

Si bien es verdad que este libro llamó mi atención la primera vez que lo vi, no fue hasta hace poco, cuando descubrí realmente de qué iba, qué había en su interior y algunas de las preciosas citas que hay en él, que lo quise leer. Hacía tiempo que no leía un cómic, una pena, porque me encantan, y porque hace un año los leía a puñados, y me alegro de haber retomado la lectura con este título, porque no podría haber tenido una experiencia mejor.

El azul es un color cálido es una preciosa historia de amor que desde su primera página sabremos cómo acabará. Es la historia de Clementine, una adolescente perdida, confusa, que no sabe lo que quiere y que no quiere admitir la verdad debido a sus propios prejuicios y los de la sociedad. Clementine se da cuenta de que puede que le gusten las chicas, tiene sueños con una en concreto y no hay nadie con quien pueda hablar de ello hasta que descubre que puede confiar en su amigo Valentin. Conoce a Emma, una joven unos años mayor que ella que tiene el pelo azul y, junto a ella, descubrirá su verdadera identidad, descubrirá que puede ser feliz y que no ha de preocuparse por lo que dirán los demás. Y, tal y como a mí me gusta, su relación se va cociendo a fuego lento; al principio son amigas, aunque ambas sientan algo más, y no es hasta pasado un tiempo cuando confían plenamente la una en la otra, cuando se entienten y se conocen de verdad, cuando su amor puede brillar.

Este libro me ha conmovido. Desde el principio sabemos que no tendrá final feliz, pero vives la historia con emoción e ilusión, deseas de corazón que Clementine y Emma puedan ser felices, que puedan vencer las barreras de la hipócrita sociedad intolerante que las rodea. El amor de estas dos chicas es maravilloso. Es mágico. Hay unas cuantas citas en el libro que me han llegado al corazón, que me han hecho detenerme, releerlas, cerrar los ojos, suspirar. He adorado a Clementine y he adorado a Emma, aunque entre ellas no todo es de color rosa (o azul), hay altibajos, hay problemas, hay obstáculos, pero también hay esperanza, soluciones, cariño y mucho amor, a pesar de esas lágrimas finales. Me gustan los dramas, pero hay veces en las que pienso que una pareja merece un final feliz, y este es uno de esos casos. 

El amor es algo demasiado abstracto e indefinido. Depende de lo que nosotros percibimos y vivimos. No existiría si no existiéramos. Y somos volubles... Así que el amor también puede serlo... El amor se consume, nos desfallece, se rompe, nos rompe, se revive... nos revive. El amor no puede ser eterno, pero nos hace eternos...

Pero no solo hay amor en esta historia, yo diría que ni siquiera es el tema principal. El azul es un color cálido es una historia sobre la aceptación, sobre la tolerancia, sobre el amor propio. Cuántas y cuántas personas pasan a diario por lo mismo que Clementine. Cuántas chicas y cuántos chicos viven su situación, no se comprenden, no entienden lo que les sucede, no quieren entenderlo y tampoco aceptarlo. Me da tantísima pena pensar en lo difícil que es para mucha gente aceptarse a sí mismo y todavía me da más pena pensar que eso es porque vivimos en una sociedad que a veces da asco, que no sabe entender que todos merecemos ser felices y que, siempre y cuando no hagamos daño a nadie, podemos serlo de la forma que queramos. Por suerte las cosas empiezan a cambiar, pero, ¿llegará un momento en que homosexuales y heterosexuales puedan convivir del mismo modo en este mundo que vivimos? ¿En el que nadie se dé la vuelta y mire de reojillo -y con asco- a una pareja de mujeres que se dan un beso? El azul es un color cálido es aceptación, es un libro que debería leer todo el mundo, sea de la condición que sea; unos para poner el mundo por montera y decidir ser felices sin preocuparse por el qué dirán y otros para darse cuenta del daño que hace esta sociedad a gente que solo quiere ser feliz. 

Para terminar, quería mencionar que esta novela gráfica ha sido llevada al cine con el título La vida de Adèle. No la he visto y, sinceramente, no sé si lo haré. Me han dicho que tan solo se parece en el libro en la idea, pero que el resto es distinto, ni siquiera termina del mismo modo. También he leído un escrito que hizo la autora del cómic diciendo que en la película las escenas de sexo rozan lo pornográfico y que esa no es la imagen que ella quería dar; parece que no está muy contenta. Si la veo será dentro de un tiempo, cuando no tenga tan reciente el libro. En cuanto al cómic, sé que lo volveré a leer, porque se devora en un rato y porque la historia me ha gustado muchísimo.

Recomiendo esta novela gráfica a todo el mundo y no solo por la maravillosa historia de amor que en ella se expone, también por el mensaje que la autora quiere transmitir a una sociedad intolerante e hipócrita. El azul es un color cálido es una historia triste y feliz, bonita y angustiosa, romántica.