La vida es una simple coincidencia

Hace un tiempo tuve una crisis lectora. Una bien importante. No me gustaba nada de lo que leía, no congeniaba con los protagonistas, las historias no me llenaban. Fue un momento duro en el que, en lugar de leer, me buscaba mil entretenimientos distintos. En esa ocasión lo que hice fue dejar todas las lecturas que tenía empezadas (porque sí, yo soy de leer varios libros al mismo tiempo), plantarme delante de la estantería y coger un libro que sabía que me iba a llenar. Releer. La experiencia fue tan gratificante que me prometí volver a hacerlo. Y aquí me encuentro, justo después de haber releído un libro que en su día me encantó. Puede que se trate del libro que más veces haya releído desde aquellas siete u ocho veces que leí de adolescente Donde esté mi corazón. Se trata de La coincidencia de Callie y Kayden, de Jessica Sorensen. Esta vez no he dejado de lado el resto de lecturas, pero sí me he centrado más en esta. Esta vez, como las anteriores, no me he dado prisa ni me he puesto a leer sin parar. Esta vez he disfrutado del libro pausadamente, me he empapado de la historia de amor de estos dos chicos que tienen el mundo en contra.

Hay quien cree en el destino y quien cree en las coincidencias. Yo soy de las que piensan que no hay nada escrito, que nosotros decidimos nuestra vida día a día, con nuestras obras, con nuestros aciertos y nuestros errores. Yo creo en las coincidencias. Esas que nos llevan a conocer a una persona en un determinado momento, las que nos llevan hasta un lugar y hacen que nuestra vida cambie. Las coincidencias son el motor de nuestros días. Y también ha sido una coincidencia la que ha juntado a Callie y Kayden, dos chicos atormentados que han  descubierto en el otro su vía de escape, su medicina. 

Ya sé que historias como estas hay miles, que das un golpe y salen a puñados. Y más ahora con esto del New Adult (¿o Young Adult? ¡qué lío!), están apareciendo muchas novelas juveniles con escenas subiditas de tono, y que en ellas la máxima es que los personajes tengan problemas, pero se enamoren. La coincidencia de Callie y Kayden no es diferente. Pero tiene algo que enamora: una chica muuuuuuy inocente, muy tierna, muy dulce. A muchos podrá parecerles una pazguata, a mí me ha enamorado. Callie es... pura inocencia. ¿Y Kayden? ¡Un amor! ¿Y qué pasa cuando juntas a dos chicos tan buenos? Que sale una historia de lo más dulce. Así es la historia de Callie y Kayden: inocente, dulce, tranquila. Es una historia de las que roban suspiros. Soy consciente de que no gustará a todos por igual, porque es una novela puramente romántica y porque apenas pasa nada, pero para mí es especial y verdadera. Sé, además, que la volveré a leer, a pesar de haberlo hecho ya tantas veces.