Mi odisea en Madrid

Chicote

Después de varios años -bastantes ya- queriendo ir a Madrid a la feria del libro, este año por fin, ¡por fin!, ha podido ser. Con contratiempos, porque los ha habido, pero al menos mi sueño se ha visto cumplido. 

Salí con mi pareja de casa el jueves de madrugada y llegamos a Madrid bien tempranito. Paseos, compras, tiendas, monumentos durante la mañana. También hubo tiempo para ponerse una pachucha, malísima mi suerte, porque eso me impidió disfrutar al máximo. Por la tarde, aprovechamos para ver la ciudad y lugares como el Palacio Real, la Almudena, la plaza mayor, etc... No es mi primera vez, pero lo disfruté igual, y compré galletitas de La Cure Gourmande, ¡qué ricas! 

Al día siguiente, el sábado, parada obligada en el Museo del Prado, aunque no dio tiempo a verlo entero. Después de un estrés ocasionado por mi mal cuerpo y de pensar llorando (o llorar pensando) que no podría ir a la feria del libro por lo mal que estaba, milagrosamente una siesta me hizo recuperar fuerzas y, por suerte, pude ir por la tarde la feria y disfrutarla, a pesar de no estar en plena forma. Me encantó que la primera persona con la que me encontrara fuera Elena, me encantó poder encontrarme con otras escritoras que estaban con ella, me animó a ver la feria con más ganas, con ilusión por todo lo que allí podía encontrarme. Más de trescientas casetas, ¡qué barbaridad! Aquello era enorme, y nos pasamos toda la tarde dando vueltas. Vi a Óscar y a Alberto, pude saludar a Marina. También tuve la suerte de conocer, por fin, a Victoria, la chica Everest, que me encanta, ¡me encanta!, y me hacía muchísima ilusión pasar a saludarla. ¿Y autores? Además de Elena, también me firmó Chicote un libro que he regalado a mi hermano (está estudiando hostelería), y Javier Ruescas, a quien me gustó mucho poder saludar. Y me dio mucha rabia que Casa del libro anunciara que Ildefonso Falcones iba a firmar y que cuando fui no estuviera; me dijeron que se había ido un instante antes, todavía no eran las 8 y se suponía que estaría de 7 a 9. Por lo demás, todo estupendo, ¡mejor que estupendo! Me encantó la experiencia, me gustó ver a la gente a la que vi y me dio pena no ver a más, sobre todo celebrándose la BLC ese día. Pero bueno, todo fue increíble, y yo me fui emocionada al hotel, deseando poder haber pasado más tiempo en El Retiro.

El domingo fue un día más de relax, dimos un paseito y de vuelta al metro, a la estación Sur, al autobús, a casa.

Esta es mi experiencia en la feria del libro en Madrid, mi primera experiencia, pero espero que no la última, porque lo he pasado genial, porque he disfrutado mucho a pesar de las circunstancias nada favorables y porque repeteriría una y mil veces.