Las tres caras de la luna, Sally Gardner

Las tres caras de la luna, Sally Gardner

Traductora: Victoria Alonso Blanco

Editorial: Nube de tinta

207 páginas

En Patria no se canta, en Patria todo es sombra, en Patria se premia a los delatores y desaparece sin dejar rastro cualquier enemigo. Sus habitantes viven bajo el yugo del opresivo y despiadado régimen dictatorial que controla y dirige cada uno de sus pasos, están acostumbrados a vivir entre susurros, a recelar de los vecinos, a los continuos cortes de luz, y ya ni se asustan cuando oyen el toque de queda.

En Patria, la fantasía es la única vía de escape.

Pero Standish no se rinde, sabe que más allá de las infranqueables y herméticas fronteras de su país tiene que existir otro mundo, un mundo donde la libertad y la verdad no sean solo sueños imposibles sino una maravillosa realidad. 

(Texto extraido de la contracubierta del libro)

Antes de empezar con esta reseña me he dado un paseo por la blogosfera para ver qué opina, en general, la gente del libro. Acabo de descubrir que soy un bicho raro, porque debo ser la única persona a la que Las tres caras de la luna no le ha gustado. Y no es que no me haya gustado por poquito, es que no me ha gustado y punto.
A mi parecer, lo único que vale de este libro es el mensaje que transmite, tan acertado para cualquier momento de nuestra vida, un mensaje de libertad, de no opresión, de valentía. Porque eso sí que es Standish, nuestro protagonista, un valiente que busca desafiar al mundo, a la nación en la que vive, a Patria, tan represiva, cruel, controladora. Standish, un chico de quince años que no sabe escribir bien, que tiene la cabeza llena de ideas, que rebosa imaginación, la única vía de escape -aunque sea, mental- dentro de esta sociedad que tanto daño hace. Standish y su abuelo, y Hector, su mejor amigo, su bote salvavidas, que un día desaparece sin dejar rastro, dejando a Standish desolado. Libertad: eso es lo que el protagonista quiere, y necesita, y anhela, y espera para su país, porque no se puede vivir bajo tanta represión, aceptando que la muerte te puede llegar en cualquier momento a través de un balazo en la cabeza. Y Standish luchará, por su amigo, por su abuelo, por sus padres desaparecidos, por su vida y por su país.

-¿De dónde eres? -pregunta. -Estoy perdido -contesto. -Y quién no. Qué cruel nación es la monstruosa Patria. Me asombra que nadie se haya lanzado al cuello de la muy puta para asfixiarla.

Otra de las características positivas de esta novela es la pluma de la autora, Sally Gardner, tan enigmática y llena de significado, que no quiere contar las cosas claramente, que quiere que el lector deje volar su imaginación, como Standish, y encuentre el significado de las letras impresas en este libro, un libro que se lee muy fácil, que tiene capítulos cortísimos (aunque, en este caso, no me parece que esto sea positivo, porque son demasiado cortos y dividen la historia demasiado). No obstante, esta pluma, además de ágil, es desordenada, y aquí empezamos con lo negativo, pues el libro es un pequeño caos, una historia contada sin seguir ninguna línea temporal; constantemente se vuelve al pasado, a uno más reciente, a uno más lejano, al presente, y el resultado es una historia totalmente desordenada, que lía, que enrevesa. Yo he tenido que hacer uso de toda mi concentración para entender, no solo lo que la autora quiere decir, sino por qué ahora está Hector y ahora no, ahora Standish está en un sitio, ahora en otro, etc.

Por otro lado, un lado más subjetivo, con todos mis respetos para con la historia, afirmo y admito que a mí ni me ha emocionado, ni me ha conmovido, ni me ha gustado. Más bien me ha liado y me ha parecido un poco absurda, salvando el mensaje, que lo es todo en esta novela (y que sí, que si valorásemos tan solo el mensaje sería una historia brillante, pero novelas con este mismo mensaje de libertad hay a puñados, y mucho mejores) y el final, que sí me ha emocionado y me ha parecido la otra mitad de lo mejor de la historia, por ser tan cruel, pero acertado. 

Las tres caras de la luna está gustando mucho y a mí me ha dejado completamente fría. Es una novela sosa, con un mensaje muy bueno y un final sorprendente y emotivo, pero nada más. Es desordenada, caótica y tiene un personaje principal extraño, aunque, sí, con fuerza. Por lo demás, la historia no me ha provocado ninguna reacción (solo ese final), y, por mi parte, no se va a llevar ninguna recomendación.