Si me he retrasado un poco en publicar esta entrada es porque quería esperar al momento perfecto para redactarla. Una novela especial necesita de un día especial de inspiración para poder sacar de mí todo lo que siento por la historia. Y ha llegado ese día, espero poder estar a la altura de una de las mejores novelas que he leído este año, de las que más me han llegado al alma: La lágrima de la India, de Ismael Cruceta.
Leí esta novela en enero, hace ya unas cuantas semanas, y recuerdo dónde la terminé y qué sensación me dejó. ¿Jugamos a un juego? Si os digo un título de un libro, ¿sabrías recordar un momento exacto en el que estuviérais leyendo ese libro en particular? Por ejemplo, una novela que muchos habréis leído: Harry Potter y la piedra filosofal. Pues bien, mi momento particular leyendo La lágrima de la India es en mi cortijo, sentada en una hamaca de estas cutres, delante de la chimenea, luchando por encontrar el lugar idóneo, pues si me acercaba mucho, me quemaba, pero hacía tanto frío que si me alejaba más de la cuenta, empezaba a tiritar. No leí todo el libro ahí, pero sí el final, y recuerdo cómo me quedé: mi padre estaba echando la siesta en un sofá próximo a mí, mi hermana estaba leyendo el periódico en el sofá de enfrente y mi madre estaba fuera con sus plantas. Yo, con las lágrimas en los ojos y un más que evidente temblor en las manos, hice de tripas corazón, porque todo lo que tengo de sensiblona también lo tengo de vergonzosa, y no quería que los que estaban en la misma habitación que yo me vieran con el libro en las manos y llorando. No obstante, tuve que hacer más de un movimiento rápido para apartarme alguna lágrima traviesa que se había escapado sin mi consentimiento.
La lágrima de la India cuenta una historia de amor, pero, sobre todo, también cuenta una de amistad. Yo soy de esas personas que nunca ven de más un romance en un libro, pero también es cierto que los hay tantos y de tantas formas que, muchas veces, una verdadera historia de amistad, o más bien, de AMISTAD en mayúsculas, es capaz de sacarme de dentro la sonrisa más sincera y un sentimiento de puro amor por los personajes. Eso es lo que ha conseguido Ismael Cruceta con su novela: conquistarme con una amistad y no con una relación de pareja, acariciar mi corazón con la historia de Anita Reina de Córdoba y su buen amigo Leonardo Soto, una historia que espero que perdure durante muchos años conmigo, porque esta es una de esas novelas que no se olvidan del todo, de esas en las que por más que pase el tiempo y los detalles se desdibujen, sigue presente en tus recuerdos por esa gran sonrisa que formó en tus labios; a pesar de todas las desgracias que asolan a los personajes, porque La lágrima de la India no narra una historia fácil, porque sus personajes no pasan por momentos fáciles, todo lo contrario. No obstante, ese final amargo se te cuela por la garganta y en su camino hacia el corazón te deja un nudo bien grande, pero no por la parte triste, sino porque, a pesar de ella, es un final feliz, bonito, positivo y lleno de amor. Amor de Anita por Leo, amor de Leo por Anita, amor por un lugar, por varios lugares, por varias personas y por las trágicas circunstancias que han llevado a la protagonista femenina a hacer de la tuya una vida maravillosa. Eso es lo que ha conseguido Anita, hacer que su vida brille y, de camino, hacer que la nuestra sea un poquito más perfecta.
Esta no es la primera novela de Ismael Cruceta, que ya publicó hace unos años Luz de libertad, también reseñada en este blog. Si hay algo que caracterice a este joven escritor es el sentimiento que pone en sus novelas. Siempre he dicho que Ismael sabe cómo transmitir con palabras bonitas, sabe cómo llegar al alma del lector, y lo hace con puro sentimiento, con palabras que te hacen sonreír y derramar lágrimas. Ismael ha conseguido con sus dos novelas transmitirme miles de sensaciones, hacerme llorar (y también de felicidad) y llenarme. Creo que eso es lo más importante en un autor, ¿no? La parte fea de esto es que sus novelas no son muy conocidas y que él es un autor más bien desconocido. Es por eso que mi primera entrada de esta sección se la dedico a él, porque creo firmemente en Ismael como autor (y como persona es un encanto) y porque siento que puede llegar lejos.
La lágrima de la India cuenta una historia de amor, pero, sobre todo, también cuenta una de amistad. Yo soy de esas personas que nunca ven de más un romance en un libro, pero también es cierto que los hay tantos y de tantas formas que, muchas veces, una verdadera historia de amistad, o más bien, de AMISTAD en mayúsculas, es capaz de sacarme de dentro la sonrisa más sincera y un sentimiento de puro amor por los personajes. Eso es lo que ha conseguido Ismael Cruceta con su novela: conquistarme con una amistad y no con una relación de pareja, acariciar mi corazón con la historia de Anita Reina de Córdoba y su buen amigo Leonardo Soto, una historia que espero que perdure durante muchos años conmigo, porque esta es una de esas novelas que no se olvidan del todo, de esas en las que por más que pase el tiempo y los detalles se desdibujen, sigue presente en tus recuerdos por esa gran sonrisa que formó en tus labios; a pesar de todas las desgracias que asolan a los personajes, porque La lágrima de la India no narra una historia fácil, porque sus personajes no pasan por momentos fáciles, todo lo contrario. No obstante, ese final amargo se te cuela por la garganta y en su camino hacia el corazón te deja un nudo bien grande, pero no por la parte triste, sino porque, a pesar de ella, es un final feliz, bonito, positivo y lleno de amor. Amor de Anita por Leo, amor de Leo por Anita, amor por un lugar, por varios lugares, por varias personas y por las trágicas circunstancias que han llevado a la protagonista femenina a hacer de la tuya una vida maravillosa. Eso es lo que ha conseguido Anita, hacer que su vida brille y, de camino, hacer que la nuestra sea un poquito más perfecta.
Esta no es la primera novela de Ismael Cruceta, que ya publicó hace unos años Luz de libertad, también reseñada en este blog. Si hay algo que caracterice a este joven escritor es el sentimiento que pone en sus novelas. Siempre he dicho que Ismael sabe cómo transmitir con palabras bonitas, sabe cómo llegar al alma del lector, y lo hace con puro sentimiento, con palabras que te hacen sonreír y derramar lágrimas. Ismael ha conseguido con sus dos novelas transmitirme miles de sensaciones, hacerme llorar (y también de felicidad) y llenarme. Creo que eso es lo más importante en un autor, ¿no? La parte fea de esto es que sus novelas no son muy conocidas y que él es un autor más bien desconocido. Es por eso que mi primera entrada de esta sección se la dedico a él, porque creo firmemente en Ismael como autor (y como persona es un encanto) y porque siento que puede llegar lejos.
No conocía el libro, gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn beso
Aisss, ¿por qué me haces esto? Estoy intentando seguir enfadada con la editorial, ¿sabes? >__<. Algún día la compraré, te lo aseguro, porque me conoces y si dices que me va a gustar, lo hará y mucho. Pero de momento voy a dejar pasar el berrinche que tengo con el precio que querían sacarme por ser de Canarias (XD).
ResponderEliminarTe ha quedado una entrada preciosa wapi *__*
¡Un besote enorme!
Natalia,
ResponderEliminaracabo de llegar a la oficina (donde estoy ahora son cinco horas menos) y me encuentro con este regalo!! Se me llenan los ojos de agua de felicidad y de gratitud por estas palabras que has dedicado a la novela. Estoy alucinado, de verdad, con el sentimiento que has puesto en esta entrada, con la limpieza de tus palabras. Te mando todos los abrazos!!
No conocía el libro ni había leído ninguna reseña al respecto. No está mal. Aunque no llega a atraerme demasiado.
ResponderEliminarGracias por la reseña.
Jolines, tengo muchas ganas de leer este libro y el otro del autor por tu culpa :( esta entrada me ha parecido preciosa, de verdad de la buena. Transmites mogollón, se nota que amas demasiado este libro y que te encanta cómo escribe el autor y ay *3*
ResponderEliminarUn beso!
No conocía el libro, y ahora mismo no creo hacerme con el, tengo demasiados pendientes.
ResponderEliminarSaludos!!
Además de lo que conseguimos aprender con los libros, tal como nos dices al principio de la reseña, suele pasar que nos acordamos de momentos o situaciones de aquella época en la que leíamos tal o cual libro y más si como nos cuentas lo leíste casi con frío y calor a la vez :)
ResponderEliminarParece una historia muy bonita, me la apunto para futuras lecturas.
Te invito a que visites nuestro blog http://elclubdelaslectoras.blogspot.com
Un saludo
Gracias por tu reseña, pues desconocía la obra.
ResponderEliminar¡¡Nos leemos!!