I'll be there. Siempre contigo, Holly Goldberg Sloan

I'll be there. Siempre contigo, Holly Goldberg Sloan
Traductor: Gonzalo Fernández
Editorial: SM
446 páginas

Emily es una chica normal que tiene una familia que la adora. Es alegre, positiva y agradable, pero no sabe cantar. Sin embargo, su padre, que es un amante de la música, la obliga a cantar un solo en el coro de la iglesia. Emily canta. Y desafina.

Sam es un chico tímido, poco sociable. Sam ha tenido una vida difícil: es de muchos sitios y de ninguno en particular, ha viajado continuamente y nunca se ha quedado el tiempo suficiente en un lugar como para poder llamarlo hogar. Su padre lo cogió a él y a su hermano Riddle y abandonó a su esposa. Su padre es ladrón, asesino, mala persona. Sam tiene que ganarse la vida como puede, no va al colegio y no puede hacerse notar. A Sam le gusta mucho la música y toca muy bien la guitarra.

Cuando Emily va a cantar el solo en misa ve a Sam al fondo de la iglesia. Entonces Emily empieza a cantar, y canta para él.

Si hay algo que hace que esta historia sea especial es: 1. sus personajes; 2. la narración. 

I'll be there narra una historia sencilla a simple vista, entretenida, pero emocionante y verdaderamente increíble. Emily y Sam son dos personajes totalmente diferentes, y por una vez no es porque ella sea una pija y él un gamberro. Emily es una chica normal y alegre, Sam es un chico que no ha tenido la oportunidad de vivir, de relacionarse con los demás. Ahora Sam conoce a Emily y siente algo por ella que no sabe definir. Emily y Sam. Sam y Emily. Son dos personajes profundos, brillantes. Ella por ser tan madura para su edad y él por esa vida que le ha tocado vivir y de la que no es tan fácil desprenderse. También está Riddle, el hermano de Sam, pequeño para su edad, que no sabe relacionarse con la gente, que se evade en su mundo, que no habla a no ser que sea absolutamente necesario. Pero Sam y Riddle se quieren con locura y harían cualquier cosa el uno por el otro; al fin y al cabo, nunca se han separado y solo se han tenido el uno al otro en las tan extremas circunstancias que les ha tocado vivir.

La lluvia empezó a arreciar de verdad. En pocos segundos, Emily se vio frente a él en medio de la calle. Cuando abrió la boca, la única palabra que salió de ella fue:  -Yo... Eso fue todo. Nada más. Solo «yo». Los ojos de Sam estaban fijos en los suyos. -Tú... -replicó él.

Holly Goldberg tiene algo, algo que ha sabido transmitirnos en esta novela. Su forma de narrar es extraña, inquietante, pero muy atractiva una vez que coges el hilo. Cuando empecé a leer solo se me ocurría una palabra para definirla: extraña. Por los acontecimientos, por la narración. Pero cuando lees unos capítulos y te acostumbras, empiezas a ver esa forma rara de escribir de la autora como algo que enriquece la historia. Frases cortas, potentes. Una narración descriptiva, porque es necesario conocer a los personajes; una narración muy llevadera, que hace que te enganches a las páginas del libro, porque la historia interesa, porque en el libro no hay una sola palabra de más (bueno, quizás esa parte en la que un animal -no voy a decir cuál- nos cuenta algo). 

I'll be there no es lo que yo imaginaba. Pensaba que sería una historia de las que ya hay muchas, en las que la música y el romance serían protagonistas. Sí son parte importante de la trama, pero no son los motores de la historia. Los problemas de Sam lo son, su personalidad y la de su hermano, su malvado padre. Hay dos cositas que no me han terminado de convencer: las situaciones extravantes que al principio me hacían gracia pero que después me desesperaban... ¡este es un libro de casualidades!; y la frialdad de la relación de los chicos, sobre todo en una escena allá por el final del libro que no comentaré.

I'll be there es mucho más que una historia de amor; es una historia de madurez y supervivencia, una historia de fortaleza, amor por el prójimo, necesidad. Y, sin duda, una historia absolutamente maravillosa.

♬ Con la colaboración de SM ♬