El paseo, Federico Moccia

El paseo, Federico Moccia

Traductora: Mireia Carol Gres

Editorial: Planeta

57 páginas

Una mañana, temprano. En una playa desierta, al ritmo dulce de las olas, tiene lugar un encuentro mágico: un hijo pasa un día entero junto a su padre ya desaparecido. Un paseo plagado de recuerdos y complicidad. Padre e hijo se dicen por fin todo aquello que nunca han tenido el valor de decirse. Dos amigos de edades distintas que se reencuentran fuera del tiempo.

El paseo es la historia de un hermoso sueño, de un deseo imposible que se cumple por arte de magia. Un libro que habla al corazón de padres y de hijos. 

(Texto extraido de la sinopsis del libro)

Para bien o para mal, he leído todo lo que se ha publicado de Federico Moccia (excepto el último libro que, no obstante, reposa en mi estantería). Nada tiene que ver El paseo con las otras publicaciones del autor, y eso ya lo sabía. En primer lugar, porque está dirigida a un público adulto, los otros libros son juveniles; en segundo lugar, porque es un relato, no una novela. No nos engañemos, el estilo del autor sigue estando ahí, y se reconoce, pero la historia es totalmente diferente, y me resulta hasta extraño decir que lo que he leído pertenece a la pluma de Moccia. Frases cortas, como le gustan a él, incluso de una sola palabra, pero impregnadas de un aire poético, y es que El paseo es pura poesía; tiene ritmo y las pausas de las cortísimas oraciones que construye Moccia hacen que el texto sea pausado. Por otra parte, Moccia hace gala de su más que conocida rimbombancia e imprime un texto llamativo, que resuena. Las descripciones son parte esencial del relato, pues todo él es descripción y Moccia consigue que el lector imagine todo lo que lee, que incluso oiga las voces y sienta los olores: a salitre, a arena, a océano. Son maravillosas las descripciones. 

Camina despacio por la playa. Y yo me quedo ahí, en el muelle, mirándolo fijamente. Desearía enormemente que se volviera, que pudiera saludarme una vez más. Pero solo sería otro dolor, porque el deseo de seguir teniéndolo a mi lado, de dar otro paseo, y luego otro más, como dos simples buenos amigos que hablan de sueños, de dudas y de decisiones que tomar, no acabará nunca.

Por otra parte, cabe mencionar que este relato es especial. Es metafórico y sentimental. Se trata de un paseo que comparten padre e hijo, la oportunidad de Federico (porque el propio autor es el protagonista) de reencontrarse con su padre de nuevo, de revivir experiencias pasadas. Moccia nos cuenta sus recuerdos, nos retrata a su padre y nos hacer partícipes de sus sentimientos. Puede que el libro guste mucho o puede que no guste nada. Hay que hacerse con el tono del autor, hay que imaginar y ponerse en su piel para poder disfrutarlo. Pero, por otra parte, ¿era realmente necesario? Es decir, ¿han publicado este relato de cincuenta y siete páginas porque su autor es el conocidísimo Federico Moccia? ¿Tiene realmente calidad? ¿Lo habrían editado si el autor no fuera conocido? Mi opinión es que la editorial se ha aprovechado del superventas que es este señor y ha dicho: ¿por qué no?

El paseo es un relato corto que habla de los sentimientos y los recuerdos del afamado Federico Moccia. Escrito por él, pero que nada tiene que ver con sus otras publicaciones, este relato se dirige a un público adulto, a un público que ha de saber valorar el estilo poético y el ritmo marcado con el que Moccia nos deleita. Se lee en quince minutos, pero a mí en cinco ya se me ha olvidado.