El arte de volar, Antonio Altarriba
Editorial: Edicions de ponent
207 páginas
El 4 de mayo de 2001 el padre de Antonio Altarriba se suicidó. De esa manera ponía fin a una vida marcada por el fracaso y la frustración. Al igual que otros muchos hombres y mujeres del pasado siglo intentó construir un mundo más justo y la Historia le dio la espalda, quiso volar con las alas de la ilusión y acabó estrellándose. Se trata de una gran crónica del siglo XX y de un despiadado retrato de la condición humana en el que todos nos encontramos representados.
(Texto extraido de la sinopsis del libro)
¿Quién decía que los cómics solo representaban historias cuyo único cometido era entretener? ¿Que eran historias superficiales? Porque casi todos los cómics que he leído hasta ahora tratan temas profundos y serios, temas de nuestra Historia. No es el primero que leo de este tipo, precisamente Maus cuenta la historia de un padre que vivió una situación límite. Paracuellos, por su parte, nos introduce en la época de la posguerra española. En este caso, El arte de volar, es un retrato de la decadencia de una persona, de la época que le tocó vivir, de un hombre que tenía unos ideales, que luchó por ellos y que, al final, tuvo que comérselos para poder sobrevivir. Una persona que quería volar, ser libre y vivir su vida en paz. Pero ni eso le dejaron, ni siquiera pudo apartarse y vivir sin molestar a nadie, porque después de luchar en la guerra y defender al bando perdedor, tuvo que tragarse su orgullo y hacer como si no le importara, porque si no, nadie le daría trabajo, porque si no, no tendría ni para comer. Hasta a casarse lo obligaron, en contra de sus ideales políticos y religiosos, porque incluso el amor estaba prohibido si el Señor no le daba su bendición. Pobre Antonio Altarriba padre, que desde pequeño lo tuvieron en un lugar en el que no quería estar, haciendo lo que no quería hacer; que cuando por fin logró marcharse empezó la guerra, que lo reclutaron en un bando que no quería defender, pero que logró cambiarse, para, al fin y al cabo, perder: la guerra, amigos, familia, incluso los papeles de ciudadano. Tuvo que huir y vivir escondido, sobrevivió de milagro, pero no vivió, porque las desgracias que había experimentado hicieron que entrara en depresión, porque ni con su mujer era feliz.
El cómic empieza con el suicidio de este señor, y a partir de ahí va contando toda su vida hasta llegar a ese fatal desenlace que, al fin y al cabo, es un principio para él: por fin podrá volar. Un libro duro, que nos cuenta lo que vivieron nuestros padres o abuelos, porque al fin y al cabo, en este libro hay un pedacito de nuestra historia, y no es tan lejana en el tiempo. Las ilustraciones están en blanco y negro y son muy realistas, Kim ha hecho un trabajo extraordinario. Por su parte, el ritmo es constante y el hecho de saber el final desde ya las primeras páginas no le restan interés, porque lo importante es el por qué de ese final, qué le pasó a Antonio para llegar a la desesperación de tener que suicidarse. Es una lectura triste, muy triste, pero bastante recomendable.
Esta no es una historia original, tenemos muchos relatos de personas que vivieron esta época, pero tampoco es una historia más. A mí me ha gustado, me ha dado que pensar y me ha encogido el corazón.
Creo que es la primera vez que veo un cómic de estas características (yo soy más de manga, la verdad), pero me ha parecido curioso. Quizá le eche un vistazo si lo veo en alguna librería.
ResponderEliminarUn beso guapa :D
Pues me dejas con ganas de leerlo. Yo no creo que el cómic cuente ideas fáciles o que sea superficial, pero aún así, me quedo con las palabras. Esta historia tiene una pinta genial, así que me apunto el título ^^
ResponderEliminarjMe encantan los comics y los libros, pero especialmente siempre he deseado ir a una comic con para conocer a los actores que reencarnan a los superhéroes, sobretodo los de batman, este pinta muy bien la verdad!
ResponderEliminarNo soy de leer comics pero me gustan cuando plantean una temática fuerte, que no pasa desapercibida. Muy buena reseña, besos!
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