Palabras envenenadas, Maite Carranza

La reseña de hoy es de una novela que me ha sorprendido por completo. No esperaba gran cosa de ella y ya veréis cuánto me ha gustado.

Palabras envenenadas, Maite Carranza

Bárbara Molina desapareció hace cuatro años. Se fue de casa sin dejar rastro y su familia no sabe nada de ella. La dieron por muerta, aunque el agente Salvador Lozano no ha dejado de buscarla, y sus padres no han perdido la esperanza. 

Tuvo una discusión familiar, se peleó con su mejor amiga, lo dejó con su novio y decidió dejarlo todo para no volver. Sin embargo, Bárbara llamó a su madre desde una cabina de teléfono pidiéndole ayuda, la línea se cortó y encontraron en la cabina restos de sangre y el bolso de la chica. 

¿Qué ha pasado con Bárbara? ¿Por qué se fue? ¿Quién dio con ella y decidió esconderla? ¿Está muerta?

A la última pregunta es a la única que puedo responderos: no, Bárbara no está muerta, y esto lo sabemos porque la novela está narrada bajo varios puntos de vista. Tenemos el de Bárbara, y ella es la única que nos narra la historia en primera persona; también podemos conocer cómo son las cosas según Salvador Lozano, el subinspector encargado del caso; Nuria Solís, la madre de la chica; y Eva Carrasco, su mejor amiga. Son estos personajes los que nos irán reconstruyendo el caso, cada uno según sus vivencias y sus hipótesis. Conoceremos cómo es la historia según lo que sabe Nuria, según lo que vivió Eva y según lo que ha descubierto Salvador, pero, sobre todo, sabremos cómo es la historia según el único narrador que lo sabe todo: Bárbara. Se van intercalando los personajes, y es por ello que vamos descubriendo los hechos poco a poco. Por supuesto, la versión de Bárbara es la que menos se nos va dando, pues es ella quien tiene toda la verdad. La chica está encerrada en algún sitio, un hombre la tiene secuestrada y lleva mucho tiempo sin ver la luz del sol. Cuando se porta bien, él la trata bien, pero hay veces en las que se vuelve loco. No se sabe quién es Él, no se sabe qué relación tiene con Bárbara, pero Salvador Lozano tiene dos sospechosos, y su misión ha sido durante cuatro años tirar de los hilos que lo llevan a ellos. No se ha planteado que el captor sea otra persona. 

Se estaba dejando llevar por una espiral de autocompasión destructiva. El análisis tan preciso se lo hizo el psiquiatra. Y le recetó pastillas. Pastilllas para levantarse, pastillas para andar, pastillas para dormir, pastillas para vivir. Sospechaba que eran demasiadas pastillas, que las pastillas le robaban la rabia y le ahogaban el grito. Pero también le borraban el dolor. Vivía tibiamente, en un baño María, pero cuando se las olvidaba adrede Pepe la regañaba y la obligaba a tomarlas. Estás enferma, acéptalo.

Palabras envenenadas es toda una sorpresa. La historia es sumamente adictiva y a mí me ha conquistado. El misterio es el punto clave de la historia, toda la novela es puro misterio. ¿Sabéis lo que es empezar a leer y no poder parar? ¿No dejar de pensar quién puñetas es el secuestrador? ¿Dejar de leer y estar todo el día pensando en lo que has leído y, sobre todo, en lo que te queda por leer? Eso es lo que me ha pasado con Palabras envenenadas. Lo que te atrapa de la novela no es qué pasará con Bárbara, no es el qué ocurrirá al final, sino el qué ocurrió en el pasado. Estarás ansioso por conocer la verdadera historia, por saber quién secuestró a Bárbara, por descubrir qué le pasó exactamente a la chica. Todos estos datos se irán conociendo gracias al subinspector, a la madre de la chica y a su mejor amiga, pero, sobre todo, todo se conocerá gracias a Bárbara. La novela está perfectamente estructurada, el ritmo es aceleradísimo, y el final sorprende y te deja con la boca abierta. La autora ha hecho un excelente trabajo y solo me resta felicitarla. 

Como dato curioso, comentaré que la novela no tiene diálogos, sino que estos están insertos en la narración. Al principio es un poco lioso, pero para nada difucultan la lectura.

¡Quiero envejecer, quiero sudar, quiero reír, quiero hablar, quiero morder, quiero coger la arena a puñados, restregármela en la piel, lanzarme al agua y salir llena de sal, de yodo, de luz!

Palabras envenanadas es una novela ágil y llena de misterio, una novela más real de lo que nos gustaría, que trata un tema serio y que, por desgracia, ocurre con demasiada frecuencia en nuestra sociedad. La autora nos lleva de la mano por una investigación policial que se resuelve en un día y cuyo final sorprende. Palabras envenenadas es una delicia. Lo único que no entiendo es por qué esta se considera una novela juvenil, yo no la habría catalogado de juvenil.

Ráting Melódico: 

♬ Gracias a la editorial Edebé ♬