El príncipe Flint, Hendelie

Cada vez que cae en mis manos -o más bien, ante mis ojos- un cuento de la editorial Bajo el Arcoíris, me pongo con él entusiasmada, pues estos cuentos me encantan y creo que la iniciativa es admirable. Ya os he comentado en repetidas ocasiones que esta editorial se está dedicando a publicar cuentos de temática LGTB y todos ellos están disponibles gratuitamente.

El príncipe Flint, Hendelie

Los juguetes del Cajón de Madera viven molestando al príncipe Flint por su enorme cabeza y su nariz de botón.
Un día, cansado de las burlas, el príncipe decide abandonar el Cajón. Cerca de la Mesa, conocerá al rey Pucklebee, un monarca que le enseñará que el verdadero amor va mucho más allá de la apariencia exterior.

Una vez más, tengo el placer de poder leer un cuento de esta editorial. Si ya de por sí soy aficionada a los cuentos infantiles, que se hagan de temática LGTB me parece estupendo, ya que los niños han de tener una educación no sexista desde que son pequeños, y entender que la realidad es esta. Cuanto antes se le enseñe a los pequeños a ver esto como algo normal, mejor. Por eso, estos pequeños cuentos me parecen tan maravillosos, porque son verdaderamente cuentos de príncipes, cuentos muy infantiles, al estilo de Disney, pero no con los mensajes que pueden tener estos últimos (o, al menos, no solo esos mensajes), sino que enseñan a ver la homosexualidad, la transexualidad, etc. como algo normal.  Esto es lo que realmente hace falta, y lo que hace que la sociedad evolucione de verdad.

La historia que El príncipe Flint nos cuenta es una historia de príncipes y de juguetes. A mí, que las películas Disney me gustan mucho, me ha dado un aire este cuento a Toy Story, pero tan solo en un aspecto: los personajes son juguetes. Por lo demás, es totalmente distinta la historia. Flint es un príncipe feo, nadie lo quiere ni lo respeta, pero aun siendo el más feo de los juguetes, encuentra el amor. También aprende que la belleza exterior no lo es todo, sino que lo que realmente importa es la belleza interior. 

Este cuento es toda una delicia. Está escrito en verso, lo que le da una gracia extra, y es, como los anteriores de la editorial, muy breve: tan solo tiene nueve páginas, por lo que os digo que no es para nada incómodo leerlo en la pantalla del ordenador. Como los demás cuentos, está totalmente ilustrado, y estas ilustraciones son una preciosidad. Si os llama la atención, en serio, descargadlo y leedlo, no tardaréis más de cinco minutos; y si no os llama la atención, ¿por qué no le dáis una oportunidad? quizás os guste y, si no es así, pues tampoco habréis perdido mucho tiempo en descubrirlo.

El Príncipe Flint no era un príncipe guapo.
Nariz de patata, cabeza de trapo,
reinaba en su reino, dentro de un cajón
con una corona de dorado cartón.

Una vez más la editorial Bajo el Arcoíris me encandila con uno de sus cuentos. En este caso, se trata de una historia de temática gay, con juguetes y príncipes (no, no hay princesas) y que enseña valores tan importantes como la importancia de la belleza interior y el quererse a uno mismo.

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