Las ranas también se enamoran, Megan Maxwell

Intenté resistirme a comprar este libro, a pesar de saber que me gustaría, a pesar de necesitar lecturas que me hicieran reir... pero ahí estaba una amiga diciéndome que no me lo pensara y que fuera a comprarlo. Y yo, que tampoco hace falta que me insistan mucho oye, pues a por él que fui. ¡Gran acierto!

Las ranas también se enamoran, Megan Maxwell

Marta tiene treinta y dos años y una niña de diecisiete llamada Vanesa. Trabaja junto a sus dos mejores amigos, Adrian y Patricia, en el taller de confección de Lola Herrera, una gran diseñadora de trajes de flamenca. Es soltera y ha sacado adelante a su pequeña familia ella solita. No ha tenido una vida fácil y hace poco que lo dejó con el Musaraña, su novio.
Ahora Marta ha conocido a Philip, un inglés rubio y descolorido que a simple vista no le atrae nada. A Marta le van los latinos morenazos tipo Hugo Silva. Philip y Marta no empiezan con muy buen pie, pero acaban congeniando. Es entonces cuando Marta y Patricia inventan el juego de la rana... "de rana en rana y me tiro a otra porque me da la gana" y desde ese momento, Philip pasará a ser la rana de Marta. Ninguno de los dos quiere compromiso, tan solo buena compañía y buen sexo. Pero Marta, aunque intente negarlo, tiene su corazoncito, y ya se sabe que quien juega con fuego acaba quemándose.


Desde que Versátil nos presentó en pleno verano esta portada tan llamativa no pude hacer menos que desear leer el libro. He aquí un ejemplo de cómo una portada puede ejercer tanta influencia en una persona. Pero el problema sigue siendo el de siempre: demasiados libros, hay que acortar la lista. No llegué a descartar este, pero sí lo dejé en lista de espera. Cuando lo compré, no pude esperar siquiera a llegar a casa y lo empecé a leer sentadita en un banco en mitad de un parque. Y ¡horror! el libro cayó en menos de dos días, vamos, me lo ventilé sin darme cuenta.

Puede que este libro no narre una historia que se pueda recomendar a todo el mundo. Hay gente a la que no le gustan los libros que te hacen reír, o gente a la que no le gustan las narraciones demasiado informales. Las ranas también se enamoran es un libro para quien tenga ganas de pasarlo bien, de reír, de enamorarse y de emocionarse. Es una historia típica de una comedia romántica, de esas que, aunque imaginas el final, disfrutas de todo al cien por cien. Creo que esta novela es una de esas que quedarían genial en la gran pantalla, pero solo si eligieran a los personajes adecuados y si los impregnaran del arte que tienen en el libro. Yo me he volcado por completo en esta historia, me he involucrado tanto que las penas de unos y las alegrías de otros me han afectado. He llegado a llorar en momentos de felicidad absoluta y he sentido rabia en las escenas tristes y dramáticas. Es un libro, una historia, que me ha calado, que se me ha metido dentro y que me ha hecho sentir que Marta era una amiga mía, que cualquiera de los personajes era conocido mío, y la he vivido con intensidad.

Marta salió del coche con torpeza perleándose con el vestido de flamenca. Cuando fue a cerrar la puerta, metió un tacón en un agujero de la alcantarilla y chilló al caer de culo contra el suelo. "Por Dios, qué mujer más torpe", pensó Philip que paró el motor del coche para salir a ayudarla.  Pero cuando rodeó su coche y la vio muerta de risa en el suelo, con el zapato roto en la mano, el vestido de volantes destrozado y la flor entre los ojos, no pudo por menos que sonreír.

La narración es lo que puede gustar o puede no hacerlo. A mí, personalmente, me ha encantado. Tenía cierto temor porque sabía que la historia estaba impregnada de un aire andaluz, y porque oye, cuando utilizan la forma de hablar andaluza para mofarse me molesta. Pero nada más lejos de la realidad. Los personajes tienen un arte que no pueden con él, son cercanos, de barrio y personas normales y corrientes, de carne y hueso como cualquiera de nosotros. El lenguaje es muy coloquial y muy de barrio, todas las palabras/expresiones/formas de hablar andaluzas (por decirlo de algún modo) están en cursiva. Quizás haya gente a la que le guste leer en un perfecto español estándar, pero a mí me ha encantado que se utilice el lenguaje coloquial, porque es el que la gente utiliza para hablar, aunque en este caso se centre en el andaluz, y porque no suelo leer novelas en las que todo se exprese de una forma tan oral.

- ¿Cuál es su trabajo exactamente, preciosa? - preguntó aquel con un extraño acento extranjero en la voz. Al escuchar aquello, y ver cómo los hombres se miraban y sonreían, ella se retiró el pelo de la cara y frunciendo el ceño espetó.  - ¿Le he preguntado yo a usted, precioso, si se ha cambiado de gayumbos hoy?

En cuanto a los personajes, no voy a hablar de todos porque si no, no acabaría nunca. Tengo que decir que, en general, me han gustado todos, a pesar de que Vanesa, la hija de Marta, me ha sacado de mis casillas y algún que otro impresentable más (el Musaraña, Javier). Los tres amigos son formidables: Marta, Patricia y Adrian tienen un arte que hace que el libro sea tan fantástico como es. Son la esencia de esta novela. Marta es una luchadora, una mujer de armas tomar, con un carácter que hiela la sangre, pero tierna y romántica, aunque se empeñe en lo contrario. Patricia es la más loca, no cree en el amor, tan solo en el sexo, y es una gran amiga para Marta y su gran apoyo. Adrian me ha gustado especialmente, es el amigo gay de las chicas, que está loco perdido pero que en el fondo es un buenazo y tiene un corazón de oro. Dejo para el final mi personaje preferido: Philip, la rana inglesa, el guiri descolorio, el desnatao, el trajeado. Me ha ENCANTADO. Puede ser un soso, demasiado recto y serio, pero en realidad es un romántico y sabe cómo volver loca a Marta (y a más de una que no es Marta ♥).

Sobre el final poco voy a decir, tan solo que me ha hecho llorar a mares: ¿de felicidad o de tristeza? tendréis que leer el libro para averiguarlo.

- Siento haberte impresionado con mi aburrida vida. Pero, ¡eh, amigo! Tú has sido quien me ha preguntado. Philip soltó la taza. Le quitó a ella la suya de las manos, bajó la bandeja al suelo y abrazándola le susurró mientras le besaba en el cuello.  - Felicidades, campeona. Eres una auténtica luchadora. Una mujer increíble y una magnífica madre que ha sabido ganarle la partida a la adversidad. Ahora, tras saber eso, me alegro más que nunca de haberte conocido.

Las ranas también se enamoran es un libro fresco, divertido, apasionante. Con un ritmo ágil que hará que devores las hojas, narra una historia que destaca por el humor que desprende, la fortaleza de los personajes y el romanticismo que impregna cada página. Marta es una mujer digna de conocer y Philip hará que más de una suspire. Un diez para esta fabulosa historia de Megan Maxwell.

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