Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, Albert Espinosa

Hé aquí la novela del título interminable, novela de la que he leído reseñas muy positivas, pero también he visto puntuaciones bastante buenas y otras malísimas. Tengo una teoría: pienso que esta novela o te encanta o no te gusta. ¿Y yo? En fin, yo me decanto por la parte negativa, ya que es una novela que yo, personalmente, no recomendaría.

Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, Albert Espinosa

Oscar vive en un mundo en el que las personas ya no duermen, o al menos, no todas. Han inventado la cetamina, un medicamento que se inyecta para dejar de dormir. Oscar ha decidido cambiar su vida, y es que su madre murió ayer y él quiere ser otro. ¿Qué mejor forma que cambiar dejando de dormir? Pero justo cuando va a ponerse la inyección, su jefe lo llama por teléfono diciendo que necesita que lo ayude con un caso. Su jefe es policía y Oscar tiene un don: puede ver los recuerdos de las personas, el recuerdo más bonito y el más doloroso, y también una serie de recuerdos que están en el término medio. Oscar tendrá que enfrentarse a un extraño, un extraterrestre, y averiguar si lo es de verdad echando un vistazo a sus recuerdos.

Hace tiempo que tenía en mente leer esta novela, aunque admito que si no fuera porque me salió muy baratita posiblemente no la hubiera leído. He visto reseñas muy buenas, gente que dice que la historia es fabulosa, pero a mí no me ha parecido todo eso. No estoy diciendo que la novela sea mala, simplemente es diferente, y puede que haya gente a la que le guste esa diferencia tan particular y gente a la que no le guste.
La sensación que a mí me ha dado ha sido la de que el autor ha ido escribiendo sobre la marcha sin pensar en lo que escribía, es decir, que tecleaba en su ordenador lo que le iba saliendo (yo lo he hecho, y es divertido).
La novela está basada en recuerdos y más recuerdos. Recuerdos de Oscar con sus ex novias, recuerdos de Oscar con su jefe, recuerdos de Oscar con su madre, sobre todo esto. La madre de Oscar, ya fallecida, es un elemento clave de esta historia y, para mí, el mejor personaje. Oscar nos cuenta en 204 páginas y a través de recuerdos, cómo era su madre: una madre a la que adoraba, que le enseñó el significado de la vida, que le transmitió su sabiduría. Hay muchas reflexiones a lo largo de la novela, reflexiones muy profundas que su madre enseñó a Oscar. 

Con diecisiéis años me habló de las autopsias sexuales. Me contó que estaría bien que cada cinco años nos practicaran una de estas autopsias. Que nos quedáramos muy quietos y alguien nos dijera qué parte de nuestro cuerpo no había sido acariciada; cuántos besos habíamos recibido; si había sido más querido una mejilla o una ceja o una oreja o los labios.

Lo que más me ha gustado del libro es que tiene muchas frases y párrafos dignos de ser recordados. He apuntado más de uno porque me han parecido fabulosos, y, sin duda, todo el mundo encontrará alguno que le guste.

Rompí a llorar. Me encanta esa expresión. No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.

El libro es muy cortito y se lee en un santiamén. La lectura es ágil y fresca y, en cierta medida, la historia engancha. Pero la sensación que me ha dejado a mí este libro es la de leer por leer, no me ha aportado nada, ni siquiera lo he disfrutado, simplemente leía para ver qué ocurría, para ver qué pasaba con el extraterrestre y con la misteriosa chica del teatro, aunque sí que es verdad que el final me ha gustado y me ha tenido un rato reflexionando.

Nunca se sabe qué encontrará uno tras una puerta. Quizás en eso consiste la vida: en girar pomos.

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