Es mi vida, Pedro Llamedo

¿Os acordáis del proyecto Huérfanos Literarios? Pues gracias a él conocí a Pedro Llamedo, quien que se convirtió en mi "ahijado" literario. Me mandó una novela suya y yo la leí e hice una reseña en el blog que podéis leer pinchando aquí. Pues bien, ahijado y madrina han seguido teniendo contacto y hoy os traigo una reseña de una nueva novela suya, sin publicar pero que no dudaría en apostar por ella.

Es mi vida, Pedro Llamedo

Todo comienza con un partido de futbol. Un partido en el que juega Tomi y algunos amigos suyos. Un partido que nuestro protagonista comienza pero que no puede terminar.

Tomi es un chico de tan solo catorce años. Es un chico al que la vida le ha dado un palo  bien gordo. Tomi tiene leucemia. Vive con su padre y sus dos hermanos, Lía y Dani, aunque su doctora, Dianna, se comporta como una madre para él.

Tomi tiene que hacer frente a una efermedad que lo está matando, que lo está debilitando poco a poco y que no le permitirá realizar cosas tan sencillas como casarse, tener un trabajo, afeitarse por primera vez o ir a una discoteca. Tomi va a morirse, y eso lo sabe él muy bien.

Parece un dramón de pies a cabeza, ¿verdad? pues lo es. Es mi vida es una historia desgarradora, de esas que empiezas y a las dos páginas ya estás llorando, de las que te hacen ver la vida con otros ojos, darte cuenta de las cosas que realmente importan, ver que tus problemas no significan nada y que hay cosas por las que sí que hay que dar gracias. Es mi vida es una historia que, desgraciadamente, ocurre con demasiada frecuencia, una historia a la orden del día. ¿Cuántas personas mueren hoy día por culpa de un cáncer? ¿Quién no ha pensado alguna vez que algún día le tocará a él visto como evolucionan las cosas?

Tomi es el protagonista, al que le ha tocado sufrir esa enfermedad que lo está matando. Aunque al principio de la novela, Tomi ya tiene la enfermedad, a lo largo de ella hay fragmentos del pasado que nos presentan a un Tomi sano, a un Tomi el día en el que le dieron la noticia, a un Tomi en la primera fase de la enfermedad. El chico es muy joven y no es justo que tenga que morir sin siquiera haber experimentado lo que es enamorarse de verdad.

Como he dicho antes, es una novela que desde un principio te mete de lleno en el drama del protagonista, una historia que a los más sensibles (como yo) les hará llorar una vez hayan leído las primeras páginas y que no les dejará poder leer tranquilos sin un pañuelo al lado. No solo es triste por la historia que le ha tocado vivir, sino porque el niño es un pedazo de pan y en vez de lamentarse porque va a morir, no hace más que sentirse culpable por todo el daño que está haciendo a los que le quieren.

- Me gustaría que tuvieras más mala leche. Una vena malvada o algo que pudieras usar de vez en cuando. Te lo juro, a veces me dan ganas de aplastarte la nariz. Me pones nervioso con tanta humanidad. La gente no es buena, ¿por qué tienes que serlo tú? ¿Por qué? Explícamelo.

Tomi desprende bondad por todos los poros. Tiene sus momentos críticos, lo que es totalmente normal por la situación que está viviendo, pero es asombroso cómo es él quien tiene que consolar en muchas ocasiones en lugar de ser consolado.

Aunque, para qué negarlo, la novela está repleta de momentos duros, también hay hueco para la simpatía, el buen humor y las risas. Hay escenas estupendas de Tomi con sus amigos y hay un personaje que se ha llevado todo mi corazón (a parte de Tomi) y es Dianna, la doctora del niño. Ella será la que ponga la nota cómica a la novela. Es una mujer de armas tomar, que se llevará muy bien (muy, muy bien...) con el padre de Tomi. Porque sí, porque no podía faltar el amor.

- Idiota. - Te quiero. - Me da igual. - Te quiero - repuso él, besándola muy despacio. - No me importa - dijo ella, menos compungida. - Te quiero - le susurró Rubén, besándola tras la oreja. - La oreja no, la oreja no... - dijo ella, cerrando los ojos. Alzó las manos hacia el techo y gimió -. La oreja... Mmmm... No pares...

Si fuera un libro publicado, no dudaría en recomendarlo, pero como no lo es, lo único que puedo hacer es desear de todo corazón que Pedro encuentre una editorial y sus novelas se den a conocer. Es mi vida no tiene desperdicio, es una historia dura, dramática y desgarradora, llena de diálogos profundos y preciosos. Es una historia maravillosa que los amantes de las lágrimas disfrutarán como niños.

Ráting Melódico:

Muchas gracias a Pedro por enviarme la novela