¡Por qué te pedí casarnos!, Nicolas Rey

Reicibí esta novela directamente de la editorial Oberon, a quien quiero agradecérsela. La verdad es que por la sinopsis me pareció una novela cómica, con la que reiría sin parar.

¡Por qué te pedí casarnos!, Nicolas Rey

He regresado cojonudo, por fín libre, casi etéreo. He echado una ojeada alrededor de la mesa con indolencia. No he aceptado el chupito normando que me ofrecían. La Normandia empezaba a tocarme los huevos de verdad, Quería París y mi piso en La Butte de Montmartre. Un bar oscuro y una turista holandesa. Yo soy así, una especie de buitre, capaz de ir de viaje de ida por el mundo a través de un pijama de mujer. "Yo soy así", digamos lo que fui. 

Eso era antes del matrimonio, antes del fracaso en la vida, antes de la eternidad. Antes de la memoria corta. No es muy alegre, pero no temáis. Se lee con facilidad. 

Lo que se me ocurre ahora, después de leer la sinopsis de nuevo, es ¿eso era antes? ¡JA! No te esperes la historia de un marido bueno y fiel que ha visto su vida destrozada tras el matrimonio. No, porque a este marido le importa un comino haberse casado, ya que sigue teniendo la misma vida que antes de hacerlo.

Gabriel acaba de casarse con Sophie, la mujer de su vida. Sin embargo, el matrimonio no hace que siente la cabeza. Gabriel sigue acostándose con cada mujer que se cruza en su camino, sigue con la mala vida que ha llevado siempre. Denis, Frank y Benoît son sus amigos, sus compañeros de juerga y con ellos (y también sin ellos) vivirá nuevas aventuras. 

Pronto se irá a vivir con Sophie, así que tiene que exprimir al máximo los pocos días que le quedan de total libertad.

¡Por qué te pedí casarnos! es un libro diferente a lo que suelo leer, cosa que realmente no me importa, ya que me gusta leer de todo y alternar géneros. Es un libro de SEXO, DROGAS Y ALCOHOL, sobre todo, sexo. Gabriel tiene numerosos encuentros sexuales con numerosas chicas y, lo más gracioso de todo, es que luego se enfada si ve a su mujer hablando con otro. 

Odio a los actores. Aun escogiéndolos bien gordos para los anuncios, bien pobres, con dos divorcios y cuatro niños a las espaldas, los odio a pesar de todo. No soy el responsable de esta guerra. Empezaron ellos, cuando Sophie era adolescente. Fueron ELLOS los que la hicieron soñar antes que yo, con sus sueños de mierda bajo la forma de un nombre bien grande en la cartelera.

Gabriel es infiel por naturaleza, un mujeriego, celoso, y no es capaz de cambiar. El remordimiento de conciencia lo mata. Cada vez que tiene sexo con una mujer, se promete que volverá a casa con Sophie y no volverá a ocurrir. Pero sí, sí que volverá a ocurrir.

Sophie me espera en su casa para la cena. Debo ir y, a ser posible, llegar puntual. Debo dejar las drogas con Benoît y las noches sin fin con Denis. Apago mi móvil para evitar la tentación. También aprovecho para lavarme la polla.

El autor no tiene pelos en la lengua y llama a las cosas por su nombre. La historia, en sí misma, no es realmente una historia que intrigue o que tenga un fin, es el día a día de Gabriel, sus fiestas, sus encuentros sexuales, sus pensamientos. En más de una ocasión he pensado que la historia no tiene pies ni cabeza, pero quizás ese es el encanto de esta novela.

Si dijera que el libro me ha encantado, mentiría. Pero no miento al decir que me he divertido. Me he reído mucho con las barbaridades que se le ocurren a estos personajes masculinos, he odiado a Gabriel como al que más, por llevar esa vida que lleva, por engañar a su mujer y engañarse a sí mismo, me he agobiado pensando en si realmente los hombres son así (¡MEEEC! no lo son, o eso espero). ¿Cuál es el dicho? Ah, sí: No te das cuenta de lo que tienes hasta que lo has perdido... quizás sea este el caso de Gabriel, o quizás no.

Ráting Melódico: 

Gracias a la editorial Oberon por enviarme el libro