Kraken #5
Narrador: Juan Magraner
Editorial: Planeta
384 páginas
Un espléndido y decadente palazzo arde en una pequeña isla veneciana donde se celebra un encuentro de la Liga de Libreros Anticuarios. Los cuerpos de los invitados, todos conocidos de Kraken, no aparecen entre los escombros, y se sospecha que su madre, Ítaca, estuvo implicada en el incendio que sucedió en idénticas circunstancias décadas atrás.
Mientras, en Vitoria, la inspectora Estíbaliz investiga un caso que puede tener las claves del atraco que acabó con la vida del padre de Kraken. Pero Unai es reacio a volver a la investigación en activo y siente que debe elegir entre la búsqueda de lo que les sucedió a sus padres o la familia que ha creado con Alba y su hija Deba.
Un paseo por una Venecia donde las leyendas y la perturbadora figura del ángel de la ciudad, mitad mecenas, mitad demonio, mueven los hilos de una vertiginosa trama repleta de amor al arte y de la búsqueda de la propia identidad.
Era inevitable, por mucho que deseara atrasar el momento, este ha llegado y me ha devorado: el final de la saga Kraken, el final de una historia que me ha tenido embelesada y enganchada, el final de unos personajes que se han ganado mi respeto y mi corazón. La melancolía por haber terminado ha hecho que empiece la nueva saga de la autora, Los Longevos, pero no tiene nada que ver, a pesar de que hay personajes que aparecen en el tercer libro de esta. Así pues, tengo que aceptarlo, ya no volveré a encontrarme con Unai, a menos que la autora decida retomar estos libros, claro. Me encantaría, no lo voy a negar, a pesar de que El ángel de la ciudad me ha parecido el más flojo de la serie, el que probablemente suplique eso de «no estires más el chicle, que la historia no da para más».
Voy a comenzar comentando por encima, por no hacer spoilers, aspectos de este libro que no me han gustado. Efectivamente, creo que las excusas de Unai por regresar a la investigación cuando prometió dejar su trabajo un par de libros atrás ya se van agotando y entiendo las circunstancias de su familia. Sí, me gustaría tener más historias con él como protagonista (o con Estíbaliz, ¿por qué no?), pero es cierto que su trabajo y su familia no son muy compatibles. Otro detalle que me ha chirriado en este libro es que me ha dado la sensación de que la autora nos ha «colado» algunas cosas pasadas para que la trama de El ángel de la ciudad funcione: un aspecto del físico de un personaje que aparece en el libro anterior y que en ningún momento se mencionaba, un detalle en la trama de la muerte del padre de Unai que se nos ha presentado de otra forma en todo momento. Mi opinión es que resulta muy interesante que se ahonde más en tramas ya pasadas, pero siempre respetando lo que el lector ya sabe. Por otra parte, he encontrado algunos acontecimientos de este libro un tanto inverosímiles, que no cuadran con el rigor y la atención al detalle que suele tener la autora.
Dicho esto, no puedo negar que el libro sí me ha gustado. Tiene sus fallitos, es el más flojo de los cinco en mi opinión, pero eso no quiere decir que no haya merecido la pena. Me gustan muchísimo los personajes, sobre todo Unai, y la trama de los bibliófilos y los libros antiguos me parece de lo más interesante, por lo que me agrada que la autora haya continuado con ella. En esta novela, además, nos traslada a Venecia, y ha sido una delicia dar un paseo por esta ciudad que visité hace ya unos cuantos años. Me han dado ganas de volver.
Aquí ha terminado mi viaje con Unai, y estoy triste porque lo echaré de menos, pero feliz por lo mucho que lo he disfrutado. Sin duda, esta es una saga que recomendaré mucho.