Reseña: Al final mueren los dos, Adam Silvera

Al final mueren los dos, Adam Silvera

Traductor: Antonio Padilla Esteba

Editorial: Puck

352 páginas

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¿Puede un solo día albergar toda una vida? 

En un presente alternativo, en el que es posible predecir la muerte con un plazo de veinticuatro horas, Mateo Torrez y Rufus Emeterio acaban de recibir la llamada más temida: la misma que te avisa de que ha llegado tu hora final. 

En circunstancias normales, es poco probable que Mateo y Rufus se hubieran conocido. Pero sus circunstancias no son normales en absoluto. Porque les quedan, a lo sumo, veinticuatro horas de vida. Y han decidido recurrir a Último Amigo, la aplicación de citas que te permite contactar con alguien dispuesto a compartir tu carga. Mateo y Rufus tienen un día, puede que menos, para disfrutar de su recién nacida amistad. Para descubrir cuán frágiles y preciosos son los hilos que nos unen. Para mostrar al mundo su verdadero yo. 

(Sinopsis de la editorial)

Tenía la sensación de que nunca iba a escribir esta reseña, y es que el libro lleva año y medio en mi mesita y hace ya más de un mes que lo terminé. Pero aquí estoy para hablar de una novela que me atrajo antes incluso de saber de qué iba y mucho antes de que anunciaran su publicación en España. Con semejante título, como para no sentir curiosidad, ¿verdad? Un libro que te cuenta el final en la misma cubierta, curioso, ¿no? Muchas dudas al respecto: ¿morirán de verdad? ¿Entonces qué gracia tiene el libro? ¿Mantendrá la intriga a pesar de saber el desenlace? Pues es precisamente esta última cuestión lo que más me ha gustado de la historia, y es que, prometido, a pesar de que el título sea tan revelador, te descubres pensando: «oye, igual no mueren, ojalá no mueran»; no hay duda de que hay que agradecer al autor el haber creado a estos dos personajes tan profundos que se meten en la piel del lector, porque, claro, están viviendo su último día de vida, así que ya desde el principio empatizamos, desde la primera página sentimos lástima por ellos, aunque es una lástima que se va transformando en respeto, en admiración, pues este es un libro profundo y Rufus y Mateo son dos personajes que van tomando forma y consistencia a lo largo de la historia, que van cogiendo confianza el uno con el otro y que deciden vivir su último día a tope y en color. No puedo decir que el libro me haya enganchado, pues a las pruebas me remito: más de un año en mi mesita. Tampoco creo que sea una historia para recordar, como tanto he leído, y lo cierto es que no he terminado de sentir aprecio por la forma de escribir del autor. Lo mejor del libro son sus personajes y esa llamita que titila en tu interior por saber cómo, cuándo y por qué sucederá ese dramático final. Tiene varias citas interesantes y un final que me ha gustado. Por lo demás, un libro normalucho, sin más.