Mis libros especiales (1)

Son muchos los libros que he leído a lo largo de los años y me han dejado con la boca abierta, muchos los que me han emocionado y me han enamorado, pero recordarlos hoy todos sería imposible, pues no hay espacio ni tiempo para leer una entrada tan extensa. Además, hoy no quiero hablaros de libros que me han encantado, quiero dar un paso más y hacer una lista de libros que, más allá de haberme gustado, son especiales para mí por alguna razón. A lo mejor alguno de los que vais a ver mencionados hoy aquí no es especialmente increíble, pero tiene un significado especial para mí o lo leí en un momento clave de mi vida. No tienen todas que ser novelas de diez, pero sí libros que sé que nunca olvidaré.

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Callie y Kayden son dos personajes que igual ahora se nos antojan lejanos pero que para mí siguen teniendo un valor muy especial. De esta lista, La coincidencia de Callie y Kayden es el libro más especial porque fue el que marcó el inicio de mi carrera profesional. Empecé a traducir con esta novela y no pude tener un inicio mejor, porque me enamoró por completo. La he leído un montón de veces y todas ellas me ha gustado, aunque es cierto que llevo mucho sin hacerlo. Su segunda parte, El secreto de Callie y Kayden, también es muy bonita y, aunque parece que no es el final de la serie, deja los asuntos bien cerrados. También por un motivo similar es especial para mí Blackmoore, y es que mi primer informe de lectura como lectora profesional fue de este libro y, como en el caso anterior, no pude empezar mejor en la profesión. La novela es absolutamente maravillosa, le di el sí, la editorial la publicó y ha gustado muchísimo entre los lectores.

Por motivos muy distintos a los anteriores son especiales estos dos libros para mí. Amy y Roger y El árbol de mi vida inspiraron dos de los viajes más increíbles que he hecho en mi vida. El primero me llevó al parque nacional Yosemite, en California, y os aseguro que la experiencia fue indescriptible. Había planeado un viaje en carretera por la costa oeste de Estados Unidos que terminaría en el estado de Texas y no fue hasta prácticamente el último momento que añadimos Yosemite al mencionar yo a mis acompañantes que había leído sobre él y que tenía una pinta fenomenal. Gran acierto, porque fue lo más bonito que vimos en el viaje, y no puedo estarle más agradecida a Morgan Matson por habérmelo descubierto en su novela. El segundo libro, por su parte, me trasladó al país más bonito del mundo: Escocia. Había estado con anterioridad, pero tan solo en Edimburgo, y después de leer esta maravillosa novela me entraron ganas de conocer las Tierras Altas. A día de hoy considero que este ha sido el viaje más impresionante en cuanto a lugares bonitos que he visto, y todo gracias a Melanie Hudson.

Como veo que me está quedando una entrada larga, he decidido que voy a dejar la segunda parte para otro día, y en ella os hablaré de otros títulos, igual de especiales para mí, pero por motivos distintos. Algunos de los que me quedan por nombrar son antiguos, y es que también tengo en mente descubriros quién fue el autor que me enseñó a amar la lectura y con qué libro lo consiguió. Todo esto, próximamente.