En el bosque, Eliza Wass

En el bosque, Eliza Wass

Traductor: Máximo González Lavarello

Editorial: B de Blok

254 páginas

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Los niños Cresswell están destinados a casarse entre ellos. Son los elegidos para encontrar la Salvación, siempre y cuando sigan las reglas que Dios le ha revelado a su padre. Es él quien ha escrito el libro en que aparece toda la Verdad.

De la mano de Castley, la singular narradora de esta trepidante y terrorífica historia, nos vamos enterando poco a poco de lo que sucede con los hermanos Cresswell en esa casa medio en ruinas ubicada en medio del bosque. Ella nos cuenta por qué su madre está en una silla de ruedas. Lo que Mortimer ha aprendido en sus escapadas nocturnas. Lo que Hannan hace mientras entrena en el equipo. La razón por la que Jerusalem no ha vuelto a hablar. La manera en que Delvive se enfrenta a los problemas de la adolescencia. Que Caspar es la reencarnación de su hermano muerto… o tal vez no. Es Castley la que quizás tenga la llave de la salvación de todos ellos.

(Sinopsis de la editorial)

Cuando lees un libro por segunda vez y te gusta igual o más que la primera, cuando te engancha de la misma forma y sigue sorprendiéndote, es que el libro merece la pena. Si tuviera que decir solo una cosa de esta novela, qué es lo que más me ha gustado, sería la originalidad del argumento. Y no originalidad en el sentido de que nunca hemos sabido nada de este tema, porque no es así, sino, más bien, la valentía a la hora de escribir un libro juvenil sobre él. En la juvenil no todo parece valer y aún hoy hay muchos tabús. El tema de la religión apenas se toca y mucho menos si se trata de fanatismo religioso. En el bosque trata de un padre que abusa de sus hijos en el nombre de Dios. Vaya, de un maltratador que se escuda en que es un mesías o algo por el estilo que hace lo que Dios le pide. Tenemos a seis hermanos, todos ellos tan distintos que es imposible confundirlos (cosa que puede pasar cuando leemos una novela con tantos personajes). La protagonista es Castley, que, aunque siempre ha sido una hija ejemplar, ahora empieza a plantearse cosas, normal, pues cuando los chicos llegan a la adolescencia empiezan a sentirse atraídos por temas como el sexo y los amigos, y eso es algo que no se les permite a los chicos Cresswell, destinados a casarse entre hermanos. Caspar es el hermano preferido de Castley y también su futura pareja; es la reencarnación de otro hijo que murió de bebé, y él es el mejor de todos según ellos, el que nunca miente, el que siempre lo hace todo bien, el más puro, aunque eso no es del todo cierto. Mortimer es la oveja negra, el que se escapa para hacer «locuras», el que siempre está castigado, el que se rebela. Hannan es el más reservado y cauto, el que apenas se deja notar, otro de los buenos, de los que obedecen y siguen la voluntad de su padre. Delvive es tal vez la que pasa más desapercibida, ella es buena y obediente, aunque también guarda sus secretos. Jerusalem es la pequeña, que dejó de hablar hace tiempo y que prefiere permanecer invisible. Todos ellos tan distintos y todos tan geniales; los que más protagonismo tienen son Castley (ella narra la historia), Caspar y Mortimer, y los tres son personajes muy interesantes.

Este libro engancha, y engancha muchísimo. Es muy breve y se lee de un tirón. El tema tan controvertido y delicado te hace devorar las páginas una tras otra con ansias por descubrir qué pasará. Castley sabe meterse al lector en el bolsillo, y no solo al principio, sino a lo largo de toda la historia. Además, esta es de esas novelas que yo denomino multisentimientos, y es que una sola historia -y, además, tan breve- es capaz de hacerte experimentar muchas sensaciones y muy dispares. La trama no es agradable, ni bonita, ni simpática. Se trata de una historia fea que cuenta con momentos muy desagradables (como ocasiones en las que el padre pega a sus hijos), y no solo momentos narrados en el papel, también momentos que el lector se imagina, pues hay muchas afirmaciones que se intuyen aunque no se lean, muchas preguntas en el aire, como qué es lo que le pasó realmente a la madre de los chicos o al Caspar original. Es imposible no sentir repugnancia por el padre, lástima por los niños, confusión por la reacción de algunos de ellos, admiración por la de otros. 

La única pega que puedo ponerle a En el bosque es el personaje de George, al que es muy fácil coger cariño por ser el único amigo al que le importa Castley. No obstante, me da la sensación de que el personaje es demasiado bueno para lo que sucede después con él, que ese giro que hay en la historia no cuadra, no resulta del todo creíble. George es como un detonante, la persona que siembra la semilla de la duda en Castley al principio y la persona que la hace estallar al final. 


Me ha gustado mucho En el bosque, me ha enganchado, me ha convencido, me ha presentado a unos personajes que tienen entidad propia, me ha hecho reaccionar y experimentar una gran variedad de sensaciones y me ha dejado con la boca abierta. ¿El final? Podría haber sido mejor, sobre todo por algún que otro cabo que queda suelto, pero, en general, ha resultado una lectura muy satisfactoria.