La orquídea prohibida, Sharon Biggs Waller

La orquídea prohibida, Sharon Biggs Waller

Editorial: Libros de seda

Traductora: Natalia Navarro

440 páginas
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Elodie Buchanan es la mayor de diez hermanas, una muchacha responsable que vive en un pequeño pueblo inglés en 1861. Su padre es un viajero que se dedica a explorar los bosques de China en busca de especies raras de plantas. En su último viaje, sin embargo, no consigue hallar una valiosa orquídea que habría supuesto la salvación económica de la familia, con lo que si no puede pagar sus deudas, acabará con los huesos en una cárcel para morosos y perderá a sus hijas, que tendrán que ir a parar a algún orfanato u hospicio. No obstante, una última esperanza se vislumbra al surgir la oportunidad de realizar un nuevo viaje en busca de la codiciada planta. Y esta vez no irá solo, sino que le acompañará su hija Elodie, una muchacha que, por lo demás, jamás ha salido del pueblo y nunca se ha subido a un barco. Durante el viaje, la joven tendrá que enfrentarse a sus miedos, a nuevos peligros que la acecharán... y también al amor.
Y, una vez descubierto todo lo que el mundo tiene que ofrecer, ¿podrá volver a ser la responsable Elodie de antes?

(Sinopsis de la editorial)

La orquídea prohibida tiene todo lo que podría gustarme de una historia: una protagonista con fuerza, valiente y decidida, pero también con sus debilidades y flaquezas. Que sí, que las protagonistas dotadas de una valentía sobrenatural que dan la vida sin pensárselo por una causa justa (tipo Katniss) están muy bien, que estamos cansados de las que son débiles y dependientes capaces de dejarlo todo por un chico al que idealizan (tipo Bella). Pero hasta cierto punto. Para mí la protagonista perfecta es la que tiene carácter y valor para decidir por sí misma y salir ahí fuera a hacer lo que considera lo mejor para todos, pero que también tiene miedos. Es decir, una persona de verdad, pues todos, por muy fuertes y valientes que seamos, tenemos miedos, dudamos, fallamos, queremos renunciar, vivimos momentos de egoísmo, nos enamoramos como tontos y perdemos la cordura. Pues así es Elodie, la flor salvaje de esta historia. Elodie tiene muy claro lo que desea en la vida, y eso no incluye quedarse encerrada en su casa de Endencroft. Ella tiene el espíritu aventurero de su padre, un recolector de plantas, y quiere salir y ver mundo, vivir aventuras, descubrir cosas que no conoce. Pero ella tan solo es una chica en un mundo de hombres, la hermana mayor de otras tantas flores a las que tiene que cuidar e hija de una mujer enferma de depresión por la aparente indiferencia de su marido hacia su familia. Elodie no lo tiene nada fácil y es completamente creíble que tenga sus dudas, sus miedos y sus debilidades. Lo que no espera es que el destino quiere para ella una aventura junto a su padre en busca de una orquídea que puede traerle la ruina a su familia.

La novela se compone de tres partes en tres escenarios muy diferentes, y ese es el segundo punto que me encanta de ella. Junto a Elodie viajaremos a lugares inhóspitos, a selvas llenas de peligros, a civilizaciones devastadas por la guerra. Y, además, nos montaremos a bordo de un clíper del té. Aprenderemos también de dónde proviene el té, las costumbres de las gentes de China y hasta el más mínimo detalle acerca de una flor tan bonita y exótica como es la orquídea. También conoceremos hechos reales que tuvieron lugar en la época en la que transcurre la novela, el siglo XIX, y a personajes que realmente existieron. Yo me he enamorado de Kew y sus jardines, y más después de haberlos investigado a fondo y haber descubierto la belleza que allí hay.

El tercer punto que me ha convencido por completo es la historia de amor. Es lo más dulce y bonito que se puede encontrar alguien en un libro. Ocupa un lugar muy secundario en la trama, pero en las ocasiones en las que sale a relucir brilla con luz propia. Alex me ha gustado muchísimo y la historia que comparte con Elodie me ha conmovido. No es una relación fácil, pues ambos viven en un mundo en el que la mujer no puede sobresalir y el hombre no puede mostrar debilidades, por lo que entre ellos habrá muchos malentendidos y palabras no dichas, pero es tan, tan bonita. También hay algún que otro secreto que se irá desvelando poco a poco y que hace que el lector se sienta intrigado.

La sensación al terminar la novela, al menos en mi caso, fue de satisfacción. El final no podía ser más adecuado ni más justo para todos. También me quedé con ganas de más, de vivir más aventuras y de acompañar a los personajes a nuevos mundos inexplorados. O, ¿por qué no?, de conocer la historia de algún personaje secundario, como Violetta, la hermana de Elodie.

La orquídea prohibida ha sido, para mí, una novela perfecta. Me ha gustado la trama, tan llena de aventuras y salpicada de hechos reales con personajes que existieron de verdad; me han gustado los personajes, sobre todo la protagonista, tan real, tan valiente, tan llena de miedos e inseguridades; me ha gustado la trama romántica, tan bonita, dulce y adorable; me ha gustado la época en la que transcurre y los lugares que se mencionan. No podría recomendarla más.