Escarlatina, la cocinera cadáver, Ledicia Costas

Escarlatina, la cocinera cadáver, Ledicia Costas

Ilustrador: Víctor Rivas

Editorial: Anaya

171 páginas

Nota: Premio nacional de literatura infantil y juvenil 2015

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Si tu cumpleaños coincide con el Día de los Difuntos, prepárate para una sorpresa mortal. 

Eso es lo que le ocurre a Román Casas, que sueña con ser un prestigioso chef y pide un curso de cocina por su décimo aniversario. En su lugar recibe un ataúd negro con las instrucciones para activar a Escarlatina, una cocinera del siglo XIX, y su inseparable lady Horreur, una escalofriante araña con acento francés. 

Los tres nuevos amigos y el gato Dodoto viajan a bordo del mortibús hasta el Inframundo, donde los muertos viven (bueno, es un decir) bajo el imperio de Amanito, un siniestro tirano. Así arranca una odisea de muerte donde no faltan ingredientes de aventura, misterio y mucho humor.

(Sinopsis de la editorial)

¡Qué cucada de libro! Lo vi en el boletín de novedades y no pude resistirme, ¡si es que es una monada! Soy fan total de los libros infantiles, cada vez más, y aunque no quería seguir añadiendo títulos a mi lista de libros pendientes, a este no supe resistirme. Con este boom de cocina que parece haber estallado, esta particular cocinera cadáver no ha podido aparecer en mejor momento. Se ve que ahora a la gente le gusta especialmente cocinar, que hay muchos sueños de ser chef y que en la televisión los programas de cocina triunfan. ¿Por qué no también libros dirigidos a los más pequeños? A mí me parece estupendo, porque cuando un niño tan pequeño tiene sueños tan grandes me parece una gran idea animarlos con este tipo de lecturas (y sí, me creo que los pequeñajos quieran ser chefs, que no veas la de niños que se presentan cada año a Masterchef junior y el éxito que tiene el programa).

Escarlatina, la cocinera cadáver tiene muchas cosas que me han gustado. Una es el mensaje que da, que puede ser muy Mr. Wonderful, que puede que a algunos ya les salga por las orejas (este otro boom de las frases llenas de positivismo también tiene su doble filo), pero que no hay que dejar de recordar: a veces los sueños se cumplen y la mejor forma de que esto suceda es luchar por ellos, no dejarse avasallar, creer en uno mismo. Sí, lo sabemos todos, pero no está mal que nos lo recuerden y, por supuesto, tampoco está mal que los pequeños lo sepan. Román, el protagonista de este relato, tiene un sueño muy grande: ser cocinero, y nos cuenta cómo quiere lograrlo. Aparte de este mensaje tan potente, la novela tiene también una crítica a la situación actual, a la crisis. Los padres de Román han perdido su trabajo y las pasan canutas para llegar a fin de mes. A pesar de ello, hacen lo imposible por regalar a su hijo por su cumpleaños lo que más desea: un curso de cocina. Y ahí es donde entra Escarlatina, la particular cocinera del cuento.

-Yo, Román Casas, nacido en las postrimerías del Samaín y habitante del Más Acá, invoco a Escarlatina, habitante muerta del Más Allá, para que su cuerpo difunto regrese a la vida ahora, ahora, ahoraaaaa -repetí con una emoción emocionantísima.

Tanto Escarlatina como el resto de cadáveres y el tono de la historia me han recordado mucho a las películas de Tim Burton. Sobre todo, a Novia cadáver, que seguramente haya servido de inspiración para crear Escarlatina, la cocinera cadáver. Las ilustraciones, por su parte, me han parecido muy graciosas y divertidas; perfectas para niños. Son fantásticas y tan solo echo en falta que haya más de las que hay.

Por si texto e ilustraciones no fuera suficiente, en esta novela también está incluido el libro de recetas de Román, con instrucciones para hacer comidas tan ricas como magdalenas, brownies, pizzas, etc. ¿La que más me llama la atención? La de los caracoles de chocolate, ¡tengo que probar a hacerla!


Me ha encantado la historia de Escarlatina, me ha encantado la actitud de Román, me han encantado el abuelo y Lady Horreur, me ha encantado el mensaje tan positivo que transmite y el final sorprendente con respecto a la decisión de la niña cadáver. Este es un libro divertido y muy positivo.