Buenos días. La entrada de hoy no tiene nada que ver con la literatura ni con la temática del blog, pero como es algo que me habéis pedido tanto, he decidido sentarme y ponerme a escribir. Mi intención es que no me salga una entrada muy larga, a pesar de lo tantísimo que tengo que contar, a ver qué tal va la cosa. Hoy os voy a hablar de ese viaje que hice hace un mes y del que regresé hace semana y media.
Uno de mis sueños siempre ha sido cruzar el charco e ir a Estados Unidos. Mi principal destino era Nueva York. No he ido allí, pero he hecho un viaje que, aunque en un principio no fuera el que más quería, se convirtió en mucho más idílico que el típico Nueva York que yo tanto deseaba. Una vez fijado el destino hubo un momento de duda: ¿este o lo intentamos con Nueva York? ¡No! Ya tenía muchas más ganas de hacer lo que tenía planeado: un road trip (algo que yo solo había leído en libros y que me moría por hacer alguna vez en mi vida) por California, Nevada, Arizona, Nuevo México y Texas.
Me fui con una amiga y con mi hermana, un viaje de chicas, y llegamos a San Francisco después de unas quince horas de vuelos. Todo el mundo nos había dicho que San Francisco era una pasada, una ciudad preciosa y con mucho encanto. A pesar de las dichosas cuestas que nos robaron el aliento, pasamos unos días muy buenos allí y nos emocionamos como crías delante del famosísimo puente. Vimos el parque, que era inmenso (y también búfalos), paseamos por las calles, visitamos Alcatraz y flipamos con la historia, vimos leones marinos en el embarcadero (el lugar que más me gustó de la ciudad) y comimos muchas guarrerías. Ni las fotos ni las palabras pueden describir la sensación de estar delante del Golden Gate, de enseñar la foto a tus amigos y de decir: ¡estoy en San Francisco! Era un lugar al que nunca pensé que iría.
Golden Gate, Alcatraz, vistas desde las Twin Peaks |
De camino a nuestro segundo destino, cruzamos el puente y paramos un rato en un pueblo llamado Sausalito con unas vistas muy monas. De ahí, nos dirigimos a nuestro segundo destino, el que se convirtió en mi lugar favorito del viaje: Yosemite Park. Si alguien ha leído Amy y Roger entenderá por qué quería ir a ese lugar. Es un parque natural inmenso, un paraje lleno de montañas, árboles y agua. Es una maravilla, un lugar precioso que si no fuera porque está tan lejísimos recomendaría a todo el mundo visitar. Vale, en España hay parajes naturales, hay ríos y montañas, hay lugares que pueden resultar similares, pero ni por asomo es lo mismo. No vi osos, que por allí hay bastantes al parecer, nos llovió un poco, anduvimos un montón de horas y acabamos cansadísimas, pero fue increíble. Hicimos una ruta a unas cascadas muy chulas, después vimos las cataratas más altas de los EE.UU. (y quintas más altas del mundo): Yosemite Falls. Nos costó entender que el nombre se pronuncia "Yosémiti", dormimos poco y flipamos sintiéndonos como hormigas en mitad de tanta inmensidad. Maravilloso.
Río en Yosemite, Nevada Falls, Yosemite Falls |
Nuestro siguiente destino era Los Ángeles, pero antes visitamos un parque de secuoyas llamado Mariposa Grove e hicimos una ruta costera. Fueron muchas horas de coche, el recorrido podría haber sido mejor si lo hubiéramos planeado con más tiempo, pero mereció la pena. En Mariposa Grove no pudimos estar mucho tiempo, pero vimos unos árboles inmensos. De ahí fuimos a Monterey y entramos en la 17 Miles Drive que nos condujo por la costa. Vimos nutrias, leones marinos, muchas ardillas y flipamos con el paisaje. Muy recomendable. Con Los Ángeles nos pasó lo contrario que con San Francisco, todo el mundo nos había dicho que no merecía la pena y a nosotras nos sorprendió. Nos llamó mucho la atención el ambiente de Hollywood, buscamos como buenas turistas las estrellas de nuestros famosos preferidos, fuimos al observatorio a fotografíar las letras (que estaban tela de lejos) y también visitamos un par de cosillas en el centro: una especie de Mexicotown, el auditorio Walt Disney y una librería que vi en una lista como una de las más bonitas y que efectivamente es la más bonita que he visto nunca. También fuimos a Beverly Hills y a Rodeo Drive, que no tienen mucho interés más allá del decir que has estado allí (no vimos a famosos) y visitamos Santa Mónica y Venice Beach, que fue lo que más me gustó. Ver el parque de atracciones en Santa Mónica fue genial y el anochecer en Venice Beach, muy bonito.
17 Miles Drive, Venice Beach, Santa Mónica |
De Los Ángeles nos íbamos a Las Vegas y por el camino paramos en un pueblo fantasma llamado Calico que era curioso, pero que nos decepcionó un poco (porque de fantasma no tenía nada).Llegamos a Las Vegas de noche, la hora perfecta para quedarnos con la boca abierta con la iluminación. Las Vegas es un lugar curioso de ver, es como un parque de atracciones para adultos. Sorprende mucho porque es algo que al menos yo no he visto nunca. El Strip es una calle kilométrica con hoteles por todos lados y casinos. Los hoteles son la mayoría temáticos y son como miniciudades: está París, Nueva York, Venecia, etc. Lo que no me gustó tanto fue el ambiente: todo el mundo borracho, los casinos llenos de gente... Es interesante, me encantó visitarlo y ver la ciudad, ciudad y esa calle famosa con la pantalla gigante me dejó alucinada, pero no fue mi destino favorito, demasiado artificial.
Hotel Paris, Freemont St, hotel New York New York |
El siguiente destino era uno con los que mayores expectativas tenía y que, aun así, me sorprendió: Grand Canyon (el Cañón del Colorado). Tomamos la ruta 66 y vimos lugares de película, ¡nos encantó la ruta 66!, y llegamos de noche. Qué impotencia estar en el Cañón del Colorado y no ver lo que hay a tu alrededor. Por la mañana nos levantamos a las 5 para ir a ver el amanecer y descubrimos poco a poco el lugar tan impresionante en el que estábamos. Daban ganas de llorar de ver esa inmensidad que jamás pensé que pisaría. No es tan rojo como lo pinta la mente humana (y las fotos de google) y puede resultar un poco todo igual, pero es una maravilla de la naturaleza. Junto a Yosemite fue lo que más me gustó. Hicimos una ruta a pie y otra en autobús, vimos alces y ciervos y nos emocionamos mucho.
Ruta 66, Grand Canyon, Grand Canyon |
Del cañón nos íbamos un poco tristes, porque nos había encantado y porque el viaje iba llegando a su fin. Nos quedaban dieciocho horas de camino por delante hasta Austin, que era nuestro último destino, unos dos mil kilómetros, así que decidimos hacer una parada en la mitad del trayecto: Nuevo México. Hicimos noche en un motel muy peliculero de un pueblo llamado Alamogordo, cerca de un parque nacional que queríamos visitar: White Sands. Por la mañana temprano fuimos allí y una vez más nos sorprendimos: arenas blancas por doquier, todo increíble. De allí, volvimos a emprender la ruta, esta vez algo más larga y pesada, hasta llegar a Austin, Texas. Allí al menos teníamos un lugar apacible y de confianza donde quedarnos, así que nos relajamos y nos lo tomamos con más tranquilidad. Austin era el lugar del que menos sabíamos y nos sorprendió mucho. De las ciudades grandes, la que más me gustó. Fuimos a unas piscinas naturales preciosas, paseamos por el paseo del río, alucinamos con las vistas del skyline, cenamos con unas vistas impresionantes a un lago y contemplamos el mejor anochecer del viaje. También me gustó mucho el ambiente, el rollo de la gente: había muchos jóvenes y era un ambiente muy alternativo, estuvimos en un pub donde hacían duelos de piano y nos lo pasamos bomba.
White Sands, Hamilton Pool (Austin), skyline de Austin |
Fueron dieciocho días increíbles en los que vimos lugares que nunca pensé que visitaría. Me encantó todo, pero sin duda con lo que más aluciné fue con los parques nacionales. Lo único que no me gustó fue la comida, y eso que a mí me gustan las hamburguesas, pizzas y esas cosas, pero acabé bastante harta, al igual que con los dulces. Fui con la intención de probar muchas cosas y tuve la oportunidad de hacerlo: refrescos de muchos sabores, cerveza de raíz (después de leer Amy y Roger, tenía que hacerlo), sirope de arce, crema de cacahuete, las maxihamburguesas (una y no más), etc. Y no solo me ha fascinado el viaje y lo que hemos visto, sino también la experiencia y cómo lo hemos hecho: dieciocho días durmiendo fuera de casa y arrastrando una maleta de una ciudad a otra pueden hacerse pesados, pero es algo que yo tenía ganas de vivir y que me encantaría repetir. También puede ser agobiante conducir durante tantas horas seguidas, pero nuestras rutas fueron geniales y, aunque cada vez teníamos menos energía, seguíamos con la misma emoción. Hicimos más de cuatro mil kilómetros, que se dice pronto, y la vuelta fueron más de 17 horas de avión y otras tantas de autobús, ¿pero y lo que yo he vivido? Como me dijo una vez mi chico: eso me lo llevo en el bolsillo de la vida.
Lo sabía, era inevitable que me saliera una entrada tan larga, pero he visto tantos sitios y han sido tantas emociones que no he podido resumir más. Bravo por quien haya llegado hasta el final. No quiero despedirme sin antes dar las gracias a todas las personas que me recomendaron lugares que visitar y que me dieron consejos, y si alguien tiene interés en saber algo más, que me escriba al correo electrónico.
Termino con un par de curiosidades relacionadas con la literatura: la librería tan bonita que vi en Los Ángeles y Camp Curry, el alojamiento donde se hospedaron Amy y Roger en su viaje a Yosemite (frikismo al poder).
Viendo las fotos ahora... Se revive!! Gracias po la entrada!
ResponderEliminarGuau!!! Qué viaje tan increíble! Das una envidia (de la sana) tremenda!!! A mi me encanta viajar, pero nunca he estado en los Estados Unidos.
ResponderEliminarEn serio, una entrada genial, las fotos son una pasada, son todas tuyas?
un beso!
¡No sabes la envidia que das!¡Menuda pasada!
ResponderEliminar¡No sabes la envidia que das!¡Menuda pasada!
ResponderEliminarMenudo viaje. Nunca me ha llamado la atencion viajar a los EEUU pero me has dado un poco de envidia con esta supercronica.
ResponderEliminarSaludos
¡¡¡Menudo viaje!!! Es de las cosas que nunca se olvidan y que siempre son recuerdos inolvidables!!!
ResponderEliminarMe he anotado todos los sitios, porque espero poder visitarlos alguna vez.
Gracias por la entrada, me pusiste los dientes largos ^^
besicos :D
¡Muero de amor con el viaje! Ojalá pudiera hacer uno parecido =)
ResponderEliminarBuah! Qué envidia!!!
ResponderEliminarOjalá pudiera hacer uno parecido algún día!
A mí también me han dicho que LA no es gran cosa, pero bueno, supongo que dependerá de cada uno!
Próxima meta: NY!
Un beso!
Natalia *-* no he podido parar de leer. A parte de que me encanta como describes todo me he imaginado (que ni siquiera creo que pueda) lo que has debido de sentir y me ha dado mucha envidia. Me alegro de que hayas disfrutado tanto, espero poder vivir eso en algún momento.
ResponderEliminarUn besote, preciosa.
Me encantó tu entrada, quien pudiera hacerse un viajecito así! Me alegro que lo hayas disfrutado y que te hayas atrevido a contarlo.
ResponderEliminarMe han dado más ganas de leer Amy y Roger, jaja.
No puedo evitar elogiarte las fotos, muy bonitas!
Saludos!
Me ha encantado la entrada :D
ResponderEliminarUn beso.
Me sumo a la envidia total y absoluta *-*. Un roadtrip como este sería una de mis vacaciones soñadas :D Me alegro de que lo hayas disfrutado tanto.
ResponderEliminarWow, menuda pasada de viaje, de experiencia y de sitios!! Tiene que ser una experiencia increíble *.* Me encantaría ver algún arce, tienen que ser taaan bonitos. Menuda paliza con el coche, tiene que ser agotador pero si es en buena compañía, se pasa de maravilla. Me gustaría probar el sirope de arce, ¿está rico?
ResponderEliminarLa librería es jdfjhgfhfgjr *.*
Gracias por compartir tu viaje, un besito!!
yo me quedé en 2400 kilómetros, también fui en avión a Las Vegas desde San Francisco xDD Ahora mismo viendo esa foto del Golden Gate estoy verde de la envidia. yo solo lo vi cubierto de nubes >.<
ResponderEliminar+1 a lo de Las Vegas y +1 a lo de los parques nacionales. No estuve en Yosemite ni Grand Canyon, pero estuve en Zion, Bryce Canyon, Grand Teton y Yellowstone y son a cual más fantástico y tan, tan diferentes entre sí... Yo tengo pensado volver algún día a Yellowstone. No sé cuándo ni cómo, pero volveré.
Me alegro un montón de que lo pasases tan bien y todo saliese bien de principio a fin. Me encantaría sentarme a tomar un café contigo e intercambiar impresiones del viaje, de los EE. UU. y de sus habitantes, pero me conformo con la entrada y el comentario ;)
Que chulada, me das una envidia increíble! jajaja
ResponderEliminarDe muchos de los sitios que has visitado he leído bastante sobre ellos (que rara me suena la frase, quizás es que ya es tardecillo y tengo el cerebro embotado xD) y tengo muchísimas ganas de verlos en un futuro si pudiese.
Me alegro mucho de que os lo pasarais tan bien y como tú dices, es una experiencia que te llevas y es magnífica.
Un beso!
Que envidia más buena me acabas de dar :3 uno de mis eternos pendientes es hacer un viaje a Estados Unidos y precisamente quiero ir por la naturaleza: Yosemite, Yellowstone, el Gran Cañón... tengo una lista eterna xD aunque no soy muy amiga de los viajes largos de carretera mucho me temo que es la única forma de verlo y disfrutarlo todo. Se nota que lo has pasado genial :D
ResponderEliminarResumiendo, me ha encantado la entrada!
Mira que a Amy y Roger le tengo ganas desde que se publicó, pero es que ahora aún le tengo más jejeje
ResponderEliminarMe ha encantado todo lo que has contado. Yo nunca he sido de visitar EEUU, tengo cierto amor-odio con ese país, pero reconozcoq eu de ir, iria por ver algunos lugares de las pelis o series que me gustan, en modo friki vaya. Lo que si me gustaría hacer (a mi y a mi chico) es la ruta 66, en caravana (lo de la caravana es porque se lo vi a Alaska y Mario y me encantó). Quien sabe si algun dia podamos cumplirlo.
Un besazo!