El día que Blancanieves cogió su guitarra, Roberto Martínez Guzmán

El día que Blancanieves cogió su guitarra, Roberto Martínez Guzmán

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Siempre he pensado que los cuentos tienen una cara oculta detrás de la inocencia con que se narran. Quizá la misma que reflejan muchas situaciones de la vida personal y profesional de los más conocidos cantantes del panorama musical y que es posible que nunca quisiesen que se hicieran públicas. Detalles algunos ya de domino público y otros menos conocidos que se pueden identificar en muchas ocasiones de manera caprichosa con esa cara escondida presente en cuentos y fábulas.

Por eso, aquí podremos encontrar a una presumida ratita llamada Rihanna, a un gigante egoísta llamado Michael Jackson o a una peculiar Blancanieves de nombre Hannah Montana, viviendo peripecias tan reales como su vida misma.

 (Texto extraído de la ficha del libro en Goodreads)

Esta vez Roberto Martínez Guzmán nos sorprende con un libro de cuentos relacionados con el tema de la música y los famosillos que en este mundo están de moda. Me siento en la obligación de comenzar esta reseña comentando que no soy muy fan de este mundillo. Me explico: la música me gusta (venga, como a todos), pero no soy una entendida. Menos mal que Roberto ha escogido a cantantes que sí conozco, porque de estos famosetes nuevos que están de moda ahora no tengo ni idea. A mí me gustan las canciones, pero no suelo saber quiénes las cantan (me refiero a las de moda que suenan ahora, que sí que hay muchos grupos y solistas que conozco). A lo que me refiero, más que nada, es que no me va el tema de ser muy fan de alguien y seguir todos sus pasos, conocer hasta de qué color lleva la ropa interior y con quién sale o deja de salir, y tampoco lo que se trata en este libro: cómo los cantantes han llegado hasta donde están o qué han vivido o dejado de vivir durante su trayectoria. Yo escucho música, no  sigo a los que la cantan. Pero el mundo blogger y, sobre todo, las redes sociales, me han demostrado que hay muchísima gente a la que le flipa este tema y a la que le gusta seguir la trayectoria de los cantantes y sé que a esas personas este libro les puede gustar bastante, porque no solo habla de música, también lo hace de cuentos tradicionales de la literatura universal.

En este libro tenemos una serie de relatos en los que el autor, basándose en cuentos tradicionales, cuenta anécdotas sobre cantantes famosos. Tenemos la historia de Rihanna relatada en la historia de La ratita presumida; la de Malú en el relato de Caperucita Roja; la de Hannah Montana (o Miley Cyrus) en el cuento de Blancanieves, y un largo etcétera, pues son veinte los relatos que en este libro se narran. Cantantes hay de todo tipo, desde la chica de moda Miley Cyrus hasta el archiconocido Julio Iglesias, pasando por la Pantoja, 50 Cent, Britney Spears, Amaral y unos cuantos más. Como ya he comentado, no sabía muchas de las anécdotas que en este libro se relatan y también había cuentos que desconocía, por eso han sido las historias basadas en relatos conocidos para mí las que más me han gustado: el de Las tres cerditas es muy bueno y con Cuento de Navidad he disfrutado mucho. Aunque también me han gustado bastante La presumida ratita Rihanna, Las aventuras y desventuras de los hermanos Enrique Hansel y Julio Grettel, El egoísta gigante Michael Jackson...

Hay que reconocer la imaginación del autor y la habilidad a la hora de elegir los animales que encarnan los relatos para que estos coincidan con la historia de los personajes de los que habla. No creo que haya sido tarea de unas horas adaptar los cuentos según las circunstancias de cada historia. A pesar de que, como ya he dicho, el tema no sea de mis favoritos, he disfrutado con la parte que corresponde a los relatos clásicos y me he reído en las ocasiones en las que conocía la historia del famoso y la veía tan bien reflejada en el cuento.

Este libro de relatos en los que se mezcla música, famoseo y literatura puede gustar mucho a los que son amantes del mundo de la música y la literatura. El autor ha sabido encajar cada anécdota con los relatos clásicos y darle un aire divertido y ameno.