Belleza cruel, Rosamund Hodge

Belleza cruel, Rosamund Hodge

Editorial: Kiwi

350 páginas
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Desde su nacimiento, Nyx ha sido prometida al malvado gobernante de su reino -todo por un trato temerario de su padre-. Desde entonces han estado entrenándola para matarlo. Traicionada por su familia y obligada a obedecerla, Nyx clama contra su destino. En su decimoséptimo cumpleaños abandona todo lo que conoce para casarse con el todopoderoso e inmortal Ignifex. ¿Su plan? Seducirlo, desarmarlo y romper la maldición que pesa sobre su pueblo desde hace novecientos años. Pero Ignifex no es lo que Nyx esperaba. Su encanto, la seducción y su castillo -un mágico laberinto de habitaciones en movimiento-, la tienen cautiva. Mientras Nyx busca una forma de liberar a su pueblo descubriendo los secretos de Ignifex, se sentirá involuntariamente atraída por él. Aun atreviéndose a amar a su enemigo, ¿cómo negar su deber de matarlo? 

(Texto extraído de la web de la editorial)

Cuando supe que Kiwi iba a publicar esta novela, no pude menos que frotarme las manos y sonreír, ¡menuda pinta tenía! La sinopsis, la cubierta (¿no es preciosísima?), el hecho de que se basara en la historia de La Bella y la Bestia. Todos los detalles que iba conociendo de la historia me hacían babear y desear leerla. Y por fin he podido hacerlo, y sigo contenta, aunque bien es cierto que esperaba algo diferente. Me explico.

Nos anuncian que Belleza cruel es una historia basada en el clásico de La Bella y la Bestia, pero estoy bastante segura de que si no hubiera conocido este detalle ni siquiera se me habría pasado por la cabeza que la historia de Nyx podría ser la misma que la de Bella. Hay un par de guiños al cuento, pero nada más; ni por asomo la historia se le parece. Sin embargo, no ha sido una decepción, sino más bien lo contrario, pues he ido leyendo sin saber qué podría ocurrir, sin tener otra historia de referencia, y he descubierto la historia por mí misma.

Hay en esta novela un par de detalles que no me han convencido. El primero es el tema amoroso. Me han encantado los momentos Nyx e Ignifex, me ha gustado mucho su relación, sus tira y afloja, sus discusiones, sus conversaciones afiladas y sus momentos tiernos. No obstante, me ha parecido algo precipitado por parte de la protagonista el sentir que lo quiere. Y mucho más precipitado el amor que siente por otro personaje, que es de esos de te veo-me enamoro-te quiero-eres lo más de lo más. Demasiado rápido y demasiado poco creíble. La historia habría funcionado igual de bien sin ese enamoramiento fugaz y ese triángulo amoroso que, bueno, puede cobrar sentido al final. El segundo aspecto que me ha dejado un poco chof es el final. No es que no me haya gustado, que sí lo ha hecho, es que me hubiera gustado que se desarrollara un poco más, que la autora nos hubiera regalado unas páginas extra para poder paladearlo y asimilarlo. Otro detalle que no puedo dejar de mencionar es que la historia se hace un poco liosa, que a veces es difícil de comprender cómo es todo y que hay cositas que no se entienden bien; por otro lado, es una pena que una historia buena (al menos a mí me lo ha parecido) tenga tantos fallitos que podrían haberse evitado con una revisión más profunda; fallos de ortografía, fallos en las rayas de diálogo y fallos gramaticales (hay oraciones que no tienen ni pies ni cabeza).

Aparte de estos detalles, el resto del libro me ha gustado. No lo consideraría de mis mejores lecturas del año, pero me lo he pasado muy bien leyéndolo y lo he disfrutado. Es de esa clase de libros que, aunque sabes que no es lo más, al terminarlo y cuando pasan unos días sientes una especie de nostalgia y deseas que la historia se estire y puedas seguir leyendo un poco más. Han pasado unos días desde que lo terminé y a veces me descubro echándolo de menos. Tiene una trama muy atractiva, con todo el tema de la magia Hermética y los demonios; tiene unos personajes con carácter, con malicia, cuyos diálogos son de lo mejorcito de la historia; tiene un poco del cuento clásico ya mencionado y otro poco de la mitología grecorromana. ¿Y los personajes? Nyx me ha tenido ahí, ahí durante toda la historia; no sabía si me caía bien o mal. Me gusta porque tiene carácter, porque no es una chica buena, pero me ha resultado muy tontorrona en el tema relacionado con el triángulo amoroso y, además, un poco egoísta pues, aunque la muchacha tiene todo el derecho del mundo a sentirse como se siente, su hermana no tiene la culpa. Ignifex ha sido mi personaje favorito durante toda la novela, me gusta el misterio que lo envuelve, lo malo que parece y lo poco malo que el lector sospecha que pueda ser, cómo trata a Nyx, cómo muestra su debilidad cuando lo necesita. Sombra me ha dejado fría, me parece el personaje peor explotado de la novela, no me hubiera importado conocerlo más. En cuanto a la familia de Nyx, Astraia, su hermana, me ha dado mucha pena, pero me gusta su transformación a mitad de la historia y, por supuesto, la del final. Su padre y su tía son los que me han caído fatal, aunque su personalidad es de vital importancia para que la historia funcione.


Belleza cruel me ha gustado, lo he disfrutado mucho y los personajes y sus diálogos me han parecido lo mejor. No es una novela memorable, puede que a algunos les decepcione porque esperan otra cosa, pero se disfruta y se lee con facilidad, y, desde luego, uno se lo pasa bien conociendo a estos personajes y su historia. Además, la ambientación es una delicia.