La ladrona de libros, Markus Zusak

La ladrona de libros, Markus Zusak

Traductora: Laura Martín de Dios

Editorial: Lumen

531 páginas
Cómpralo en Amazon

Érase una vez un pueblo donde las noches eran largas y la muerte contaba su propia historia.

En el pueblo vivía una niña que quería leer, un hombre que tocaba el acordeón y un joven judío que escribía cuentos hermosos para escapar del horror de la guerra. 

Al cabo de un tiempo la niña se convirtió en una ladrona que robaba libros y regalaba palabras.

Con esas palabras se escribió una historia hermosa y cruel que ahora es una novela inolvidable. 

(Texto extraido de la contracubierta del libro)

Tengo La ladrona de libros desde que salió a la venta, hace ya unos cuantos años. Siempre me ha llamado la atención con ese título, con esa temática, con esa promesa de regalarme drama. No obstante, el drama relacionado con la época del Holocausto no me gusta demasiado. ¿Por qué? Porque me afecta más de la cuenta, porque me paraliza el corazón, porque me duele más que cualquier otro tipo de drama. Y es que, aunque la historia de La ladrona de libros no sea real, aunque Hans Hubermann, Liesel o Rudy no existieran, sí existieron muchas miles de personas que tuvieron que vivir y sufrir este pedacito de nuestra historia. Pensar en lo que sucedió me rompe el corazón y leer historias enmarcadas en este período de tiempo me hace sufrir muchísimo. No obstante, aunque no me guste especialmente por lo que acabo de comentar, he leído y he visto muchas películas de este estilo: La vida es bella, El niño con el pijama de rayas, El pianista, El hundimiento, El diario de Anna Frank... Y, ahora, La ladrona de libros.

¿Qué hay en La ladrona de libros que no tengan otras historias del mismo estilo? ¿Qué tiene de especial para atraer la atención del lector? Normalmente este tipo de historias toman como protagonistas a los judíos y nos cuentan sus historias, en el lado menos favorable de la balanza. En este caso tenemos a una familia alemana que, aunque no está de acuerdo con el régimen político y con su Führer, representa un papel de perfecta familia alemana (aunque pobre), o al menos lo intenta. Tenemos a un padre al que no admiten como afiliado al partido por su bondad y su generosidad con el pueblo judío. Tenemos a una madre que intenta no inmiscuirse mucho, que parece tener un corazón de acero, pero que en realidad es buena y tiene un corazón enorme. Tenemos a una niña de acogida que ha perdido a su familia y que tiene que empezar de nuevo, una niña a la que le gusta leer, que tiene bastante genio en según qué ocasiones y que ama con locura a su padre. Tenemos a un vecino con el pelo de color limón, ojos claros, perfecto físico alemán, pero que se va dando cuenta de que la situación apesta y que su Führer es malo y destructivo. Y tenemos a un judío que se esconde en una casa de alemanes y los pone en peligro por ello, que se hace amigo de la niña, que lee y crea historias con ella.

Otro de los puntos por los que destaca esta novela es la narración. Soy consciente de que hay a quien le encantará la forma de escribir de este señor, pero también de que habrá quienes la odien. Yo me encuentro en el primer grupo. La Muerte es la encargada de contarnos la historia de esta pequeña ladrona de libros y su forma de contárnosla es bastante peculiar. No me ha hecho mucha gracia que nos adelante acontecimientos constantemente (dice quién muere antes de que muera [de hecho, la muerte de uno de los personajes está al final del libro y nos lo cuenta a la mitad con la excusa de que a ella -a la Muerte- no le gusta la intriga], qué futuro le depara a algunos personajes, qué hace la niña antes de hacerlo, qué libros roba, etc.). Si bien este aspecto no me ha gustado del todo, confieso que el resto me ha enamorado. Puede que este libro no destaque por su originilidad ni por su temática, pero sí por la forma de escribir del autor, que a mí me ha parecido maravillosa. Además, creo que es muy original, con todas esas notas a mitad de capítulo, con las ilustraciones y las historias de Max (el judío), con las presentaciones a inicio de capítulo. Me ha gustado mucho, he disfrutado de la maravillosa pluma de Zusak, es toda una delicia leer sus letras. 

La trama, por su parte, es inolvidable. Sí, lo sé, originalidad cero, pero la historia es tan bonita que te olvidas de que has leído otras tantas historias parecidas. Liesel (la niña) es maravillosa, Hans (el padre) es un amor -mi personaje preferido, sin duda-, Rudy es... no sé cómo explicar cómo te sientes con Rudy, es un trocito de nube, un fragmento de corazón, una sonrisa, unas palabras amables. Y la historia de esta familia es preciosa. Trágica, pero preciosa. He reído y llorado. Pero llorado, llorado y llorado. El final es... ¡uf! Hay historias que me hacen llorar, historias que me ponen triste, historias que me dejan un vacío interior. Y luego hay historias que me rompen el corazón, que me lo estrujan, me lo retuercen, me lo destrozan y me dejan sin aliento. No puedo explicar la sensación que tuve al terminar este libro, tan solo puedo decir que una parte de mí se rompió, que se me hizo un nudo en la garganta que me impedía respirar, que lloré y lloré hasta agotar las lágrimas. Es la historia de una guerra, ¿cómo van a salir bien las cosas? ¡Pero es que no me imaginaban que acabaran tan... así! Hay que tener agallas para leer ese final, y muchos pañuelos al lado.

La ladrona de libros es un libro tan maravilloso como triste, tan humano como aterrador. Cuenta la historia de una familia humilde y con el corazón enorme, cuenta la historia de una niña a la que le gustan las palabras y de un judío que quiere ver la luz del sol. Cuenta la historia de una época, de una guerra y de muchos que murieron, y es que la narradora misma es la Muerte. Una narración brillante, una trama emocionante y unos personajes muy humanos. Un libro de diez.