Nubes de kétchup, Annabel Pitcher

Nubes de kétchup, Annabel Pitcher
Traductora: María Díaz
Editorial: Alevosía
276 páginas

Zoe es una chica inglesa de quince años que oculta un terrible secreto. Llena de angustia pero también con una buena dosis de humor, Zoe comenzará a escribir cartas a Stuart Harris, un asesino encerrado en el corredor de la muerte de una prisión de Texas. Piensa que solo alguien así, marcado al igual que ella por el secreto, la mentira y el asesinato, va a poder comprenderla...

Bolígrafo en mano, Zoe respira profundamente y comienza su relato de amor y traición...

(Texto extraido de la contracubierta del libro)

A veces, cuanto más corta es una opinión, mejor expresa lo que hemos sentido al leer una novela. Yo ya lo intenté con este libro, ya os dije lo especial que fue para mí, todo lo que me enseñó, todo lo que me transmitió y todo lo que me hizo sufrir. No obstante, voy a volver a intentarlo, aunque quizás fuera mejor decir tan solo que este, Nubes de kétchup, es un libro maravilloso; pero no, voy a intentar ir más allá, un poco, aunque sea.

Los seres humanos. Somos todos iguales. No hay forma de escapar. Da lo mismo que seas un inglés medio calvo que eructa el alfabeto o una mujer que mata pollos en mitad de los Andes. Da lo mismo la lengua que hables o la ropa que lleves. Hay cosas que no cambian. Las familias. Los amigos. Los enamorados. Son iguales en todas las ciudades de todos los países de todos los continentes del mundo.

Nubes de kétchup me ha mostrado la vida de Zoe, la de Aaron, la de Max, y, aunque solo sea por las investigaciones que ha hecho la protagonista, la de Stuart Harris. Son vidas marcadas por la desgracia, por el dolor, vidas que han pasado por obstáculos que no deberían. Zoe nos cuenta todo desde el principio, desde el momento en que conoció a Max y a Aaron y se encaprichó de ambos. Nos relata la historia que vivió con ellos, una historia llena de secretos y traición. Zoe está muy lejos de ser una chica perfecta, se comporta como una chica de su edad y no actúa bien; no actúa bien desde el principio, desde el momento en que conoce a Aaron y a Max y decide que le gustan los dos. Zoe se equivoca desde el principio, pero ¿quién no se equivoca en asuntos del corazón? 

En este libro también conocemos a Dot y Steph, las hermanas de la protagonista, a sus padres, y vivimos de cerca un drama familiar, ya que, en casa, los padres de las niñas no hacen más que discutir. Dot pondrá un poco de alegría a la vida de esta familia, una niña sordomuda de cinco añitos, un encanto, un torbellino; Dot es todo dulzura y sacará más de una sonrisa al lector. 

A parte de ser un libro con unos personajes maravillosos, creíbles y humanos, Nubes de kétchup es un drama disfrazado, como suelen ser las historias de Annabel Pitcher: una historia triste con elementos divertidos, que no solo nos cuenta una historia difícil, sino que lo hace con sentido del humor, con cariño, con ternura. Nubes de kétchup es eso: ternura y drama; y tiene un final desbordante, un final que me ha hecho derramar más lágrimas de las que hubiera querido y que me ha mantenido varios días pensando en él. Un final realista, pero duro.

Un libro que cuenta una historia realista y dura y lo hace con sentido del humor y de la mano de una protagonista excelente. Es una historia sobre las vidas de los seres humanos, las consecuencias de nuestros actos, el saber tomar elecciones acertadas aunque duelan. Una historia imprescindible, sin lugar a dudas.