Pollo con ciruelas, Marjane Satrapi

Pollo con ciruelas, Marjane Satrapi
Traductor: Manel Domínguez
Editorial: Norma
88 páginas

Teherán, 1958. La vida de Nasser Ali , un virtuoso de la música y padre de familia, pierde el sentido en el momento en que su mujer le rompe el tar, el instrumento que le ha acompañado durante toda su vida. Es entonces cuando Nasser Ali decide abandonarse hasta que Azrael, el ángel de la muerte, le venga a buscar.

(Texto extraido de la sinopsis del libro)

Esta es mi primera incursión en el mundo de Satrapi, autora imprescindible en la historia del cómic y para los amantes de estos. No he empezado con Persépolis, como esperaba, sino que lo he hecho con Pollo con ciruelas, un título, cuando menos, sugerente y más cuando lees la sinopsis y te preguntes: ¿y este título a qué viene? Fue un regalo de Reyes que me encantó, un regalo de Reyes que empecé a leer poco después. Bueno, empecé y terminé, porque Pollo con ciruelas se lee en un rato.
Os cuento cómo fue el progreso en mi lectura: empecé la historia con ganas, emocionada por darle al fin una oportunidad a Satrapi, pero, en parte, un poco desconfiada por empezar con este y no con el que he mencionado anteriormente. He estudiado la obra de esta señora, pero no la había leído, sé que sus libros son autobiográficos y sé qué temas trata. Pollo con ciruelas me dejó, en un principio, un poco descolocada. Al poco de empezar la historia, el protagonista muere, y tras su muerte se cuentan los días que pasan desde que decide dejar de vivir hasta que Azrael se lo lleva. En esos días, se nos cuenta cómo Nasser Ali sufre la pérdida de su tar, pero también se nos narran aspectos de su vida que lo han llevado hasta ahí. Conocemos a Nasser Ali, conocemos a su esposa, conocemos a sus hijos e, incluso, se nos cuenta el futuro de algunos de ellos. Iban transcurriendo esos días y mi interés iba creciendo, cada vez sentía más ganas de continuar y de saber a dónde llevaría todo esto. Hasta que llegó el final, un final que me hizo retroceder y leer de nuevo páginas anteriores, un final que me dejó con la boca abierta, un final que me hizo aplaudir silenciosamente. Pollo con ciruelas es más de lo que parece; su joya está al final de las páginas, cuando realmente todo cobra sentido y cuando empatizas con el protagonista, cuando sabes cuál ha sido su historia, qué le ha tocado vivir y por qué se encuentra ahí. Menudo final que me ha hecho valorar el resto de la historia y volverla a vivir, que me ha hecho adorar  este libro. Ojo al dato: hay película. 


Pollo con ciruelas es más de lo que esperaba, más de lo que parecía, más de lo que sentí que sería cuando empecé a leerlo. Este libro, en unas cuantas páginas, me ha hecho pasar del *vaya tontería, esto qué sentido tiene* al *ay madre, qué historia más bonita*.