Mejor Manolo, Elvira Lindo

Mejor Manolo, Elvira Lindo
Editorial: Seix Barral
183 páginas

El célebre Manolito Gafotas regresa con un nuevo episodio de la serie galardonada con el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. El mundo ha cambiado en estos diez años, Manolito ha crecido. Por sus páginas desfilan todos los personajes que han dado color a la colección: su madre Cata, su padre Manolo, el abuelo Nicolás, su hermano menor, conocido como «el Imbécil» y destronado por la nueva hermanita, «la Chirli», la sita Asunción, el Orejones, el chulito Yihad... La inimitable mirada de Manolito Gafotas ilumina nuestra realidad (la del mundo mundial) con la agudeza y frescura de siempre.

(Texto extraido de la contracubierta del libro)

Todo el mundo conoce a Manolito, al menos todos aquellos que pertenecen a la generación de los que tienen que ir a buscarse un futuro fuera de aquí, esa generación de personas que, cuando Elvira Lindo publicó estos libros, eran unos niños, esa generación en la que me incluyo. Manolito Gafotas formó parte de mi infancia. Recuerdo cuando mi madre me pedía los libros a El Círculo de Lectores y yo los devoraba tan rápido que ella ni se lo creía. Recuerdo las risas que me echaba con este renacuajo y su hermano el Imbécil, con el traidor del Orejones, Susana Brajas Sucias, Yihad el chulo (aunque este no me gustaba tanto), el abuelo, las collejas de su madre, su padre y el camión. Aunque quizás me gustaría recordar más, porque hace ya diez años que se publicó Manolito tiene un secreto, el último de la serie hasta que llegó Mejor Manolo, publicado por otra editorial (que también ha reeditado el resto de los libros de la serie), pero con los mismos personajes. Cuando me enteré de la publicación de este libro no tuve duda alguna: tenía que ser mío; no obstante, una parte de mí decía: han pasado diez años y yo he cambiado mucho, ¿y si mi percepción ha cambiado?, ¿y si las historias de Manolito ya no me parecen tan geniales?, ¿y si este deja de ser mi héroe?, ¿y si este libro hace que mi recuerdo tan maravilloso de esta serie se deteriore? y muchos y si más. A los que tengáis estas mismas dudas os digo: ¡olvidadlas! Si los anteriores libros os gustaron -tuviéseis la edad que tuviéseis- este os gustará, y quizás más por ese sentimiento de nostalgia, ese nosequé que te entra en el cuerpo al leer algo que leías cuando eras un niño y que te hace recordar tu infancia. Manolito -bueno, mejor Manolo- sigue siendo mi héroe de la infancia, y me he seguido riendo con él y sus compañeros de aventuras, con su hermanita, la Chirli, nueva y genial incorporación, con sus reflexiones superimportantes y superinteresantes y superserias; con su lenguaje particular (la misma autora al final del libro nos pide disculpas por los fallos gramaticales alegando que es el propio Manolito quien se expresa así); con su particular modo de ver la vida. 

Nos dio una charla de una media hora (más o menos, ya no tenía mi Casio para cronometrarla) y nosotros nos quedamos mirando al infinito. Mirar al infinito es lo mejor que puedes hacer cuando te dan una charla: escuchas el principio, te pones a pensar en tus cosas durante toda la mitad, y luego vuelves a atender cuando ves que la cosa se está acabando. Era mi táctica en misa. Eso sí, con mi madre tienes que estar de verdad atento a la última frase porque ella es superdesconfiada y puede que al final te pregunte: «¿Y qué dices a eso?», y que tú no sepas de qué te estaba hablando, o peor, que se te ocurra decir «pues que bien...», y se monte un pollo porque ella a lo mejor lo que te estaba diciendo es que hay niños en este mundo que preferirían que su hermano pequeño no hubiera nacido con tal de no compartir y que eso a ti qué te parece. Eso me pasó a mí una vez, que por agradarla le dije que me parecía bien y la lié parda.

Además de contarnos cómo le van las cosas, Manolito dedica un primer capítulo a explicarnos el motivo de su silencio durante estos años (qué desconsiderada la autora, Elvira Lindo, que se marchó sin desepedirse de la familia García Moreno) y para ponernos al día de las novedades.

Un libro que me ha hecho reír con cada página, con cada ocurrencia de su protagonista; un libro que me ha devuelto a mi infancia, a esas tardes en las que llegaba del colegio y me ponía a leer como una loca hasta que mi madre me llamaba para comer; un libro que me ha mostrado la realidad, la sociedad de hoy, la que es políticamente incorrecta pero verdadera, y no una edulcorada y requeterretocada para que no haya pedos, collejas, insultos y demás. Elvira Lindo no me decepciona diez años después.