Cincuenta sombras más oscuras, E. L. James

Cincuenta sombras más oscuras, E. L. James

Traductora: Montse Roca

Editorial: Grijalbo

589 páginas

Puede tener spoilers de la primera parte de la saga 

Después de una semana sin Christian, Anastasia recibe noticias de él; es la inauguración de la exposición de José y el rico empresario se ofrece a llevarla, como habían previsto cuando estaban juntos. Ana no sabe qué es lo mejor, le costó mucho dejar a Christian y desde entonces no come, no duerme, no es feliz; sin embargo, la vida del joven no es apta para ella, no quiere imaginarse volver a entrar en el cuarto rojo del dolor, volver a ser azotada, no poder mirarlo a los ojos ni tocarlo. Ana decide aceptar la propuesta y ambos se encuentran de nuevo. Ella lo sigue queriendo y él no ha podido dejar de sufrir desde que ella se fue, tanto que propone a la chica volver a intentarlo, sin cuarto rojo del dolor, sin látigos, sin palabras de seguridad; una relación de verdad: corazones y flores.

Después del sorprendente final de Cincuenta sombras de Grey, estaba deseando leer Cincuenta sombras más oscuras, y ahora no puedo dejar de pensar en Cincuenta sombras liberadas, que caerá pronto.

Lo cierto es que he encontrado esta segunda parte diferente, y mis sentimientos con respecto a ella son diversos. Me ha gustado mucho, incluso más que el primer libro, pero también hay cosas que no me han convencido y va a ser por estas por las que voy a empezar.

En primer lugar, aunque sea algo no del todo negativo, es importante comentar el cambio tan drástico que ha sufrido Christian. Impacta que pase de ser el Sr. Arrogante, tan seguro de sí mismo, tan altivo, a ser un hombre vulnerable, inseguro; Christian... ¡sumiso! Aunque me ha gustado conocer su parte romántica y ver lo dulce que puede ser, hay comportamientos suyos que me han parecido ridículos. De Ana me ha molestado que sea tan indecisa, que no haga otra cosa que plantearse si debe o no seguir con Christian. En este aspecto (y muchos más), la novela me ha parecido repetitiva hasta decir basta. Creo que le sobran unas cuantas decenas de páginas, pues las ideas no hacen más que repetirse y Ana parece incapaz de dejar de pensar siempre en lo mismo: vale, que tu Cincuenta Sombras es muy autoritario, que no te deja casi ni mirar el sol, pero ya lo sabes, acéptalo o déjalo.

-No ha cambiado nada. Yo no puedo ser lo que tú quieres que sea -digo, forzando a las palabras a pasar a través del nudo de mi garganta. -Tú eres lo que yo quiero que seas -dice en voz baja y enfática.

A pesar de estas cosillas, lo repito: la novela me ha gustado mucho. También entiendo a la gente a la que no le gusta nada, pero a mí me ha fascinado. Cincuenta sombras, la trilogía, narra una historia que, pienso, o gusta o no gusta. No hay medias tintas. Yo dejo todos los fallos de lado y me quedo con la bonita historia de amor, y es que, ahora sí, tenemos mucho romanticismo. También hay más escenas de sexo, pero el que yo creía el tema principal de la saga (sadomasoquismo), ha desaparecido. Tenemos dos personajes muy imperfectos, con sus virtudes y sus fallos, a los que a veces querremos y a veces tendremos ganas de gritar. Y está Chirstian, la verdadera joya de la novela, de la saga, un personaje al que llegaremos a conocer, por fin, en esta segunda parte.

Una trilogía que tiene sus defectos y sus cosas buenas. Un historia en la que tendremos que decidir con qué nos quedamos. Yo me quedo con lo bueno, con todos esos momentos agradables que me han proporcionado Christian y Ana, pero sin olvidar que también me han exasperado, que Christian es un mandón y que la autora se repite hasta la saciedad.

♬ Con la colaboración de la editorial Grijalbo ♬

♬ Reseña de Cincuenta sombras de Grey ♬