Si decido quedarme, Gayle Forman

La  novela que hoy reseño es una que llevaba mucho, mucho tiempo en mi wishlist, y una que terminé por eliminar por el exceso de libros pendientes que tengo. No la habría comprado si no fuera porque encontré una buena oferta en doctortrade. Ufff, ¡gracias, doctortrade!

Si decido quedarme, Gayle Forman

Mía tiene diecisiete años, lleva bastante tiempo saliendo con Adam, lo ama con locura, y adora a sus padres y a su hermano Teddy, de ocho años. Su vida no puede ser mejor. Tiene una mejor amiga maravillosa, Kim, y su amor por la música y por el violonchelo hacen que su existencia sea completa. Sin embargo, la vida de Mía da un giro de 180 grados cuando un día aparece la ciudad nevada y los colegios cierran. Es motivo de alegría, Mia podrá pasar el día con su familia y esto es algo que le encanta. Henry y Willow, unos amigos de sus padres, tienen un bebé y la familia de Mía ha decidido ir a su casa a visitarlos. Todo es perfecto, Mía va en el coche con su familia, escuchando la Sonata para violonchelo nº3 de Beethoven, con los ojos cerrados... 

Lo siguiente que Mía oye son las sirenas de las ambulancias; lo siguiente que ve es el cuerpo de su padre tirado en la cuneta, con el cerebro desparramado por el suelo; lo siguiente que sabe es que sus padres han muerto. Mía sube a la ambulancia junto a su cuerpo y se dirige al  hospital donde dejan a su hermano. Después se traslada a otro hospital, donde ella tendrá que quedarse. Ahora solo queda esperar y decidir: vivir o morir; quedarse o marcharse; soportar el dolor de haber perdido a tu familia o dejarse ir en paz; sus padres o Adam. 

Si me quedo, si vivo, depende de mí. Todo eso sobre un coma médicamente inducido no es más que jerga médica. No depende de los médicos. Ni de ángeles ausentes. Ni siquiera depende de Dios, que, si existe, ahora mismo no está por aquí. Depende de mí.

Empecé esta novela sabiendo lo que me iba a encontrar. La comencé a leer con el conocimiento de que lo pasaría mal. Pero también esperaba disfrutar de una preciosa historia, y así ha sido. Me gustan los dramas, aunque también es cierto que no siempre es un buen momento para leer una historia tan triste. Ahora sí era el momento.

La historia que narra Gayle Forman es increíble. Soy consciente de que no a todo el mundo le gustará, pues es tan desgarradoramente trágica que puede que haya mucha gente que no la soporte, pero también estoy segura de que a quien le gusten los dramas, disfrutará de esta bonita novela. Apenas hay unas pocas páginas en las que se cuente cómo es la vida de Mía en el presente, el resto se narra a partir de que la tragedia haya tenido lugar. Sin embargo, conoceremos a Mía, conoceremos a sus padres, a Teddy, a Adam, a Kim. Los conoceremos porque, además de narrar la protagonista el presente, tal y como lo ve ella desde su cuerpo de fantasma, también nos irá contando anéctodas de su pasado, recuerdos, historias que tienen algo que ver con el presente. Ambas partes se intercalan maravillosamente, de forma que podamos entender mejor la vida de Mía, sus decisiones. A pesar de que el presente es trágico y tristísimo, las anécdotas se cuentan con un gran sentido del humor y a mí me han hecho reír momentos como cuando Mía y Kim se conocieron, pero también hay momentos que me han hecho llorar, como la decisión de la madre de Mía de que querría morir al mismo tiempo que su marido y que, en su funeral, su hija tocara el chelo. El libro es duro, durísimo, y hay que tener eso en cuenta. Lo he pasado muy mal leyéndolo, he llorado muchísimo, he tenido un nudo en la garganta todo el tiempo y he sentido una mezcla de angustia e impotencia. La historia es desgarradora, te hace experimentar los sentimientos más tristes que existen. Pero también es emotiva y alentadora, ya que todos se esfuerzan en convencer a Mía de que luche, de que se quede, de que no estará sola. 

El ritmo de la novela es frenético. Yo la he leído en un día, aunque también hay que decir que es bastante corta. La historia me enganchó y me llené tanto de ella que no podía siquiera plantearme dejar de leer. La narración es cercana y familiar, ya que es Mía quien va contando la historia. Es fácil meterse dentro y saborearla, es fácil ponerse en el lugar de Mía y sufrir por ella, es fácil sentir todo el dolor que ella, como fantasma, es incapaz de sentir. Tengo que comentar que Si decido quedarme me ha recordado mucho a otro libro: El cielo está en cualquier lugar. Ambos tienen una historia trágica como telón de fondo y las protagonistas se me han antojado muy similares, quizás por la importancia de la música en sus vidas. Si de algo me arrepiento de esta novela es de no tener la versión grande, ya que la portada es una preciosidad, y yo tengo la versión de bolsillo que, además, tiene el nombre de la autora mal escrito en la portada. Pone Gale Forman. Me parece penoso, podrían haberlo arreglado, que se trata de la portada.
Un último aspecto que me gustaría destacar es que la novela tiene algo que en pocas historias me he encontrado: una relación de amor preciosa, pero 100% creíble. Mía y Adam no son la pareja perfecta, su relación no es un camino de rosas. Forman una pareja normal que tiene problemas, que discute, que pasa malas rachas, que tiene momentos realmente críticos, pero que se quiere. No es una relación totalmente rosa, y eso me ha parecido un punto muy positivo, ya que hace que la historia sea más creíble.

Deseo irme. No quiero estar aquí. No quiero estar en este hospital. No quiero permanecer en esta especie de limbo en que veo todo lo que ocurre y soy consciente de lo que siento sin sentirlo. No puedo gritar hasta que me duela la garganta, ni dar puñetazos a una ventana hasta que me sangre la mano, ni arrancarme el pelo a mechones hasta que el dolor del cuero cabelludo me haga olvidar el de mi corazón.

La novela tiene muchos personajes, aunque pocos son los realmente importantes. Mía es la que lleva todo el peso de la historia, es ella la que nos cuenta lo que ve y lo que vivió. Ella tiene que decidir: vivir o morir, la elección dura o la fácil, la paz o el dolor. Adam es un chico de verdad, real, no de estos idílicos que nos presentan en todas las novelas juveniles. No es perfecto ni pretende serlo, pero quiere a Mía, y sería capaz de cualquier cosa por que ella viviera. Kim, su mejor amiga, es uno de esos personajes que te hacen la lectura menos angustiosa. Las anéctodas que Mía cuenta de ella son todas divertidas, y ella es una chica con carácter y decidida. Los padres de Mía son muy especiales, y a mí me han encantado. Son unos padres atípicos, amantes del rock, algo inmaduros, divertidos. Teddy es un niño de lo más tierno, y hacia la mitad de la novela protagoniza el primer momento en el que me vine abajo y las lágrimas empezaron a correr por mi rostro. Otro personaje que me gustaría mencionar es el abuelo de Mía. Es un hombre maravilloso, y también culpable de un puñado de lágrimas que he soltado. 

Si decido quedarme es una novela durísima. Narra una historia desgarradora, emotiva, pero también alentadora y positiva. Con un toque de humor, Gayle Forman es capaz de meternos de lleno en un drama de los gordos y enseñarnos lo duro que puede ser, en ocasiones, elegir. Una novela capaz de sensibilizar a los más insensibles, de hacer llorar a los más duros y de hacer que nuestro corazón se rompa de dolor. Recomendable para aquellos que sean capaces de soportar tanto drama.

 Morir es fácil. Lo duro es vivir.

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