La habitación, Emma Donoghue

La novela de la reseña de hoy me entró por los ojos nada más leer la sinopsis. Sabía que sería una historia dura, pero quizás fuera ese motivo el que me animara más a leerla.

La habitación, Emma Donoghue

Jack tiene cinco años y ha vivido toda su vida en la Habitación con su madre. El Viejo Nick la secuestró cuando tenía tan solo diecinueve años y la encerró en una habitación, en la misma en la que nació Jack, fruto de los abusos sexuales a los que el Viejo Nick somete a la mujer. 

Jack crecerá imaginando que la Habitación es el mundo entero, que todo lo que hay fuera de ella es el Espacio Exterior. Para él, existen la Mesa, la Cama, el Armario, la Planta, la Tele, la Cuchara derretida y unas cuantas cosas más que hay dentro de la habitación, pero los niños son tele, Dora Exploradora es tele, los pájaros son tele, los aviones son tele.

Desde que se levanta hasta que se acuesta en el armario, a las 9 de la noche que es cuando el Viejo Nick vuelve, Jack juega con su mamá. Juntos han creado una rutina que permite que Jack disfrute de su infancia y que su madre soporte el día a día.

Sin embargo, Jack está creciendo y cada vez sus preguntas son más difíciles de responder. Su madre se ha propuesto salir de la habitación como sea, y juntos tienen que idear un plan de escape.

La habitación es uno de esos libros que afectan, de esos que te dejan huella, ya sea por el miedo a que la historia se haga realidad en uno mismo, ya sea por lo cercano que nos pueda resultar la situación ya que, aunque la historia aquí narrada es ficticia, no podemos menos que recordar otras que, por desgracia, no lo son o no lo fueron (la autora se ha inspirado en un caso real).  Sin ir más lejos, en mi ciudad hay aún cárteles de una chica que hace once años que desapareció.

La historia de La habitación es una historia de supervivencia, de dolor físico y mental, de fortaleza. Ni siquiera sabemos el nombre de la madre de Jack, solo la conocemos como mamá ya que es su hijo quien nos relata la historia. El narrador es un niño de cinco años que no conoce más que lo que encierran las cuatro paredes que lo rodean y lo que su madre decide contarle. Es un niño inteligente, quizás adelantado para su edad, pero que en cuestiones sociales parece un bebé. Me ha sorprendido la cantidad de juegos e historias que su madre inventa para él, la rutina que siguen para estar en forma y no aburrise. Jack ha sido la salvación de su madre. Es una historia dura, triste y de estas que te dejan un enorme nudo en la garganta.

-¿Sabes qué? -le digo-. Cuando tenga diez años ya seré mayor. -Ah, ¿sí? -Me haré más grande, y más grande, y más grande, hasta convertirme en humano. -Bueno, humano ya eres -dice Mamá-. Los dos somos seres humanos.  Pensaba que nosotros éramos de verdad. Las personas de la Tele están hechas sólo de colores.

El ritmo de la novela es muy ágil. Yo no pude soltarlo en cuanto lo empecé. Es un libro que se lee muy fácilmente y que narra una historia muy interesante y emotiva. Además, al estar narrada por un niño tan pequeño, el vocabulario es muy familiar e infantil, lo que hace que uno se enternezca en mayor medida.

Me ha sorprendido para bien, ya que creía que la rutina que seguían iba a hacer que la novela resultara pesada y repetitiva, pero nada más lejos de la realidad; para mí, cada día nuevo que amanecía era un nuevo reto, al igual que para nuestros dos protagonistas.

-Mira. Lo que vemos en la tele son..., son imágenes de cosas de verdad. Eso es lo más increíble que he oído en toda mi vida. Mamá se ha tapado la boca con la mano. -Entonces, ¿Dora es de verdad verdadera?

La habitación es una historia dura, realista, cruel, que hace que sientas muy cercana la historia, que la vivas con intensidad y que te involucres más en ella debido a la edad del narrador, con quien es muy fácil empatizar y sentir ternura.

Ráting Melódico: 

♬ Gracias a la editorial Alfaguara por el ejemplar ♬