En realidad se miente mucho más, Kerstin Gier

Tras leer los dos libros publicados en España de la saga El amor más allá del tiempo, no podía más que desear leer algo más de su fabulosa autora (además de esperar impacientemente a que salga Esmeralda). En cuanto vi esta novela, no me lo pensé.

En realidad se miente mucho más, Kerstin Gier

Carolin tiene veintiséis años y se quedó viuda hace unas cuatro semanas. Karl murió de forma inesperada y ella se ha ido a vivir a la casa de su hermana para aceptar todo tipo de ayuda emocional.
Su marido no solo le doblaba la edad, sino que, además, era el padre de su ex-novio.

Nuestra protagonista tiene un coeficiente intelectual de 158, es capaz de hablar cinco idiomas, ha terminado tres carreras y toca instrumentos tan extraños como la mandolina y el clavicémbalo. Ha crecido intentando esconder quien realmente es, sintiéndose un bicho raro y buscando encajar. Pero, incluso después de la muerte de su marido, tendrá que enfrentarse a los problemas, aunque ella no quiera, y es que Karl le ha dejado una herencia que podría convertirla en una mujer rica. En vida, Karl no le mencionó nada acerca de todo el patrimonio que tenía, y ahora que ha muerto, su hermano Thomas está intentando llevarse lo que corresponde a Carolin.

Kerstin Gier ha vuelto a sorprenderme y, esta vez, con una novela autoconclusiva y para un público adulto. Creo que estoy empezando a pillar cómo escribe esta mujer y me siento capaz de afirmar que su punto fuerte es el sarcasmo y el humor con el que empapa sus historias. 

En realidad se miente mucho más es una historia con una base muy, muy triste. Posiblemente, quien lea la sinopsis imaginará un drama de los buenos, de los que te hacen llorar a moco tendido. Pues sí y no. La historia de fondo es dramática, ya que Carolin estaba profundamente enamorada de su marido y ahora él no está y ella tiene que aprender a volar sola. Como su terapeuta le dice: no puede ayudarla a soportar el dolor, tan solo puede ayudarla a sobrevivir. Y eso es lo que Carolin necesita: sobrevivir, volver a sonreir, ser feliz sin Karl. Sin embargo, la historia se narra de tal forma que en lugar de llorar nos hace reir, porque Carolin es una mujer sarcástica y porque tiene un excelente sentido del humor. No obstante, tampoco os confiéis, porque los más analizadores detectarán el alma de la parte dramática de la historia y la sufrirán, porque aunque casi toda la trama se desarrolla desde un punto de vista cómico, también hay partes en las que la protagonista se ahoga en su dolor.
Me gustaría mencionar a la traductora del libro, Laura Manero, porque considero que ha hecho un trabajo excelente. No debe ser nada fácil traducir un libro repleto de sarcasmo y hacerlo de forma que todo el humor se mantenga en la traducción. Chapeau.

El ritmo es buenísimo y la novela se lee muy fácilmente. Al principio de cada capítulo hay una cita famosa, bajo la cual hay, en ocasiones, un comentario mordaz de la protagonista de la historia. Algunas me han hecho reir de verdad. En la narración se intercala presente y pasado: en el presente, Carolin nos cuenta su día a día y lo que le va ocurriendo, y en el pasado nos relata algunos de sus recuerdos, la mayoría de ellos con Karl, gracias a los cuales iremos descubriendo la bonita historia de amor que tenían y lo duro que ha sido el pasado para Carolin. Son estos recuerdos los que más me han afectado, pero en ningún momento hasta el punto de hacerme llorar o sentir esa angustia que se siente al leer una historia dramática.

"Es mejor ser un buen original de uno mismo que una mala copia de otra persona." Judy Garland Pero cuánta sabiduría... Aunque, para ser un buen original de uno mismo, antes uno tiene que saber quién es.

Sobre los personajes podría escribir millones de cosas, porque es lo que más me ha gustado de la novela. Es increíble que una historia con un argumento tan sencillo y poco llamativo, puede ganar tanto con unos personajes no menos que impecables. Carolin, la protagonista, es mi preferida. Está viviendo el peor momento de su vida, ha tocado fondo y cree que no podrá salir adelante, sin embargo, no pierde su sentido del humor. Es una persona muy sarcástica, una mujer que nos hará soltar más de una carcajada y junto a ella reiremos y sufriremos, pues no solo su presente es doloroso, sino que además ha tenido un pasado difícil. A Karl lo conoceremos gracias a los recuerdos de Carolin. Le doblaba la edad a su mujer pero, a pesar de ello, estaban profundamente enamorados. Sin embargo, no fue muy sincero con ella, ya que mantuvo en secreto el hecho de que fuera un hombre muy rico. Leo, el hijo de Karl y ex-novio de Carolin, es una persona por la que, en un principio, he sentido verdadera repulsión, ya que su forma de ser me ponía de los nervios, pero que, finalmente, ha hecho que lo mire con unos ojos más benevolentes (aunque no ha llegado a caerme bien). Mimi y Ronnie, la hermana y el cuñado de Carolin, son encantadores. Se portan muy bien con ella y están más que dispuestos a ayudarla a salir del bache. También hay un personaje que sale justo al principio y del que no conoceremos mucho hasta pasada la mitad de la novela: Justus, el farmacéutico. Ya desde el primer capítulo me ha encantado, porque ha sido el primero que me ha hecho reir con eso de confundir a Carolin con una niña de diecisiete años, pero en cuanto lo he conocido más, me ha gustado mucho más.

- Tus padres deben saber que te has emborrachado. Quién sabe lo que podría haberte sucedido. Así podrán reflexionar con tranquilidad sobre todo esto. - Tsk - hice, chascando la lengua-. Pero ¿cuántos años te crees que tengo? ¿Diecisiete? - Como mucho- dijo el idiota-. En realidad, con diecisiete ya deberías saber que el alcohol es muy perjudicial.

En realidad se miente mucho más es una novela que recomiendo sin dudar a todo el mundo. Una buena opción si necesitamos reir, pero con una historia que, además, nos muestra la parte negativa de la vida. Kerstin Gier nos coge de la mano y nos guía por el sendero que recorre una vida humana que ha tocado fondo y piensa que no será capaz de sobrevivir. Nos enseña, con un gran sentido del humor, que en la vida hay que ir siempre hacia delante, que hay que superar todos los obstáculos, por duros que sean, que hay que llorar, claro que sí, pero también hay que vencer al dolor, al miedo, sonreír y, en definitiva, vivir.

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